Partidarios del autodenominado Estado Islámico (EI) aseguran que la retórica de Donald Trump contra los musulmanes durante la campaña presidencial les ayudará a aumentar adeptos, especialmente entre los jóvenes marginados de países occidentales.
"Este tipo es un maniaco total. Su odio absoluto hacia los musulmanes facilitará nuestro trabajo porque podremos reclutar a miles", dijo Abu Omar Khorasani, máximo comandante del EI en Afganistán.
Trump hizo duras declaraciones en contra de los grupos extremistas durante la compaña y prometió derrotar el terrorismo islamista radical.
Más tarde, el Presidente electo de Estados Unidos suavizó su discurso sobre los musulmanes para decir que si llegaba a la Casa Blanca buscaría una suspensión temporal de la inmigración desde países que tienen una historia de exportación de terroristas.
Sin embargo, entregó pocos detalles sobre cómo combatiría a varios grupos radicales, incluyendo al EI, a los talibanes y a Al-Qaeda, que representan un amplio espectro de posturas políticas.
"Él no hace diferencias entre islamistas con tendencias moderadas y extremistas y al mismo tiempo pasa por alto el hecho de que el extremismo generará más extremismo", expresó en un comunicado Moqtada al-Sadr, el clérigo musulmán chií que dirige a una poderosa milicia en Irak.
Por su parte, el grupo terrorista nigeriano Boko Haram advirtió a Trump que la guerra sólo acaba de empezar y que sus socios del EI no cederán.
"Permanecemos firmes en nuestra fe y no nos detendremos", aseguró su líder, Abubakar Shekau, en un mensaje de video difundido por los medios locales en el que pide a los demás grupos terroristas que no se sientan abrumados por el Mandatario electo.
Estados Unidos ha sufrido una serie de ataques perpetrados por individuos inspirados en grupos islamistas.
En junio, un atentado en una discoteca de Orlando dejó 49 muertos, luego de que un hombre armado llamó a una estación de televisión local para expresar que era partidario del EI.