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Anexos, sin control en San Luis Potosí

José Navarrete | Plano Informativo | 18/11/2015 | 13:13

San Luis Potosí, SLP.- La reciente denuncia de una madre, cuyo hijo le fue entregado muerto apenas unas horas después de haberlo internado en un "Centro de Rehabilitación" contra las adicciones, ha prendido los focos rojos sobre estos lugares, también conocidos como "Anexos", donde algunas personas recluyen a sus familiares con problemas de adicciones, sin considerar que en muchas ocasiones la pretendida solución a su afición por alguna sustancia puede convertirse en un riesgo para la integridad física, psicológica y emocional del paciente.

La adicción a sustancias como el alcohol y drogas ilegales, constituye un problema de salud pública al cual el Estado no ha dado una respuesta satisfactoria en su sistema de salud, esto ha permitido la existencia de los llamados Centros de Rehabilitación o Anexos, que venden a las familias la idea de que el encierro y un supuesto "programa de rehabilitación", ayudará al adicto a abandonar el uso y abuso de una sustancia.

Sin embargo en estos sitios, a menudo se maltrata física y psicológicamente a los internos y en ocasiones, al término de su "tratamiento", sufren recaídas y vuelven al consumo de drogas e incluso, durante su permanencia en el lugar llegan a conocer y apropiarse del uso de sustancias más fuertes que las que consumían antes de someterse al "tratamiento".

En San Luis Potosí tal parece que las autoridades estatales ignoran la situación que priva en dichos lugares o, por lo menos, no informan adecuadamente sobre ella. No hay leyes que regulen al sector y según la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), el personal que labora en esos lugares no está capacitado profesionalmente para atender casos de adicción.

En fechas recientes, una madre de familia denunció la muerte de uno de sus hijos a las pocas horas de haber ingresado a un anexo. Del joven, quien padecía alcoholismo y además sufría ataques epilépticos, la madre solo recibió el cadáver y ninguna explicación clara de qué fue lo que sucedió para que su hijo muriera.

Tras el hecho la Secretaría de Salud emitió un comunicado en el que "exhortó a que aquellas personas que deseen ingresar a un familiar con adicciones a algún anexo o centro de rehabilitación, primero se asesoren con expertos en la materia o bien con los Centros de Atención Primaria en Adicciones (CAPAS) de esta dependencia".

En el texto, la Secretaría de Salud refiere que en San Luis Potosí existen "más de 40" Centros de Rehabilitación o Anexos, no da una cifra precisa y aclara que "En cuanto a la regulación sanitaria le corresponde a la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris)".

Sin embargo, la Coepris no ha generado ningún informe público preciso, detallado y reciente sobre la situación que priva en los anexos de San Luis Potosí en los últimos años, el cual si existiera, serviría para que quienes requieren de estos servicios pudieran acudir a lugares confiables y atendidos por profesionales.

Según la Coepris, en 2013, estaban "registrados 80 anexos, 45 en la capital y 35 al interior del estado".

Una búsqueda sencilla en Google arrojó la noticia más reciente, con fecha de octubre de 2013.

En aquella ocasión la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en coordinación con la Coepris realizó un recorrido por centros de rehabilitación en San Luis Potosí.

La PGJE informó que el objetivo fue verificar que estos sitios "cumplan con la licencia sanitaria, con su documentación vigente y que las personas anexadas no cuenten con mandamientos judiciales o averiguaciones en su contra".

Por su parte, el entonces titular de la Coepris, Erich Newman Ramírez, concluyó que los centros de rehabilitación en el estado "son seguros".

Los agentes de la Policía Ministerial del Estado y del Ministerio Público del Fuero Común, así como de la Policía Estatal Acreditable y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en coordinación con el personal de la Coepris, revisaron primero los centros de rehabilitación “Fuerza para Vivir”, ubicado en la calle Agustín Iturbide y “Viacrucis”, con domicilio en la calle Comonfort, ambos en la zona centro de esta ciudad capital.

Más tarde, recorrieron la “Comunidad Terapéutica Vista Hermosa A. C.”, ubicado en Pedro Vallejo, en el barrio de San Miguelito, y posteriormente la sección de menores del centro de rehabilitación “Estrategias Familiares en Adicciones A. C.”, ubicado en la calle Pedro Vallejo.

Revisaron los dormitorios, baños, comedor, sala de esparcimiento, salón de juntas, alacenas y mobiliario en general, y no encontraron “ningún objeto que constituyera delito”.

Por su parte, la Coepris encontró que en los anexos visitados todo estaba muy bien, y según las notas periodísticas que se publicaron al respecto "solamente se destruyó un alimento que se encontraba en mal estado, por lo que no hubo necesidad de clausurar ninguno de estos sitios de rehabilitación".

Un informe más completo, fue el que realizó la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en 2010. En él se da cuenta de la realidad cotidiana que viven quienes por padecer alguna adicción han sido recluidos por sus familias en estos sitios.

Familiares de los pacientes se quejan del maltrato que reciben, refieren que los castigan de una manera inhumana y enumeran algunos de los castigos:

 

a) Bañarse con agua helada.

b) Golpearlos con un palo y con diversos objetos.

c) Amarrarlos.

d) Ponerse parados sobre un banquito y extender los brazos en forma de cruz.

e) Evidenciarlos en público al hablar de su vida privada.

f) Lavar la ropa de los demás compañeros.

g) Quedarse sin cenar.

h) Dejarlos sin comer algunos días.

Los costos de estos lugares en ocasiones representan abusos, pues la CEDH, ha recibido quejas de personas que ingresaron a sus familiares y cuando quisieron sacarlos del lugar se les exigió el pago completo del tratamiento, y de no pagar se les dijo que se les cobraría hasta con intereses.

De este modo, según el informe de la CEDH, el maltrato físico y psicológico a los pacientes, la mala alimentación, el hacinamiento y la falta de información a los familiares y a los internos sobre el tratamiento que se les brindará, son la constante en estos sitios.

Según el informe de la CEDH, "ninguna persona que labora en estos Centros está debidamente capacitada para diagnosticar a los pacientes que buscan rehabilitarse, ya que en la mayoría de los casos, los pacientes recaen en las adicciones debido a la falta de un tratamiento correcto y adecuado para su enfermedad".

Asimismo, además de carecer de leyes para su regulación, este sector ha sido de alguna manera ignorado en la agenda de políticas públicas para el Estado.

La CEDH añade:"las personas internas son presa fácil de aquellos que sólo buscan enriquecerse a costa de este problema social, además de que son aislados totalmente e incluso golpeados por el personal del centro".

Ante ello, los Anexos o Centros de Rehabilitación son espacios que en lugar de una solución, pueden representar un peligro para aquellas personas que padecen las consecuencias del abuso en el consumo de algunas sustancias.