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Favores en el mundo de los negocios

Agencia | 13/10/2015 | 16:36

El intercambio de favores es una práctica que tiene mala prensa y a menudo suscita recelos cuando se salen del ámbito de la familia y los amigos más directos. La imagen de don Vito Corleone en la película El padrino repartiendo dádivas que después se exigen a punta de pistola pesa demasiado en el inconsciente colectivo. Y las noticias sobre sobornos y cohechos que leemos todos los días en los periódicos realimentan el temor a pedir una ayuda que después nos pueden cobrar muy caro.
 
Si nos olvidamos de la política y de historias del hampa, el trueque de favores en el mundo de la empresa es bastante frecuente. Y ni es ilegal ni suele generar problemas morales. Es más, “los buenos directivos y sobre todo los buenos empresarios son gente particularmente bien dotada para pedir favores. Lo hacen con encanto y con el don de la oportunidad. Siempre saben a quién tienen que pedirlo y cómo hacerlo. La vida empresarial está plagada de favores”, asegura Luis Manuel Calleja, profesor de Dirección General y Política de Empresa del Iese y coautor del libro Gestión de favores.
 
¿Qué intercambian los profesionales y empresarios sin caer en el cohecho? “Fundamentalmente, recomendaciones para encontrar a personas de confianza, sobre todo cuando se trata de cubrir puestos de alto nivel, como consejeros. También consejos sobre temas de comunicación, asesoría fiscal, ayuda para resolver problemas burocráticos, incluso apoyo para encontrar productos y servicios adecuados para la empresa o información útil para la gestión del negocio”, asegura el empresario Antonio Carroza, socio fundador de la firma Alquiler Seguro y asistente habitual a todo tipo de encuentros entre empresarios en la Asociación de Jóvenes Emprensarios de Madrid.
 
“Para intercambiar favores hay que conocer a las personas adecuadas y en el mundo empresarial esto empieza necesariamente por practicar networking”, comenta. En cuanto al mundo profesional, lo más habitual es recurrir a conocidos directos o colegas. En este caso, las ayudas más políticamente correctas son “el intercambio de tiempo (ayuda para un informe, por ejemplo), consejos e intermediación para que alguien nos abra una puerta importante”, explica Douglas McEncroe, director de Douglas McEncroe Group.