Las turbulencias son un fenómeno completamente natural que por ningún motivo indican un mal funcionamiento del avión.
Si eres de las personas que a menudo viajan en avión, seguramente te encuentras muy familiarizado con la palabra "turbulencias". En esta ocasión recolectamos algunos datos de Volando sin miedo para ofrecerte más información relacionada a este tema.
La turbulencia es un fenómeno natural provocado por el cambio en la dirección y la velocidad de las corrientes de aire. Aunque desde la tierra podamos ver al cielo y observar que todo está muy calmado, en realidad, puede que allá arriba esté ocurriendo todo lo contrario.
Las corrientes de aire están en constante movimiento, pero pocas veces tienen un movimiento recto y ordenado. En algunas zonas, estas corrientes de aire presentan perturbaciones en forma de remolino que pueden dar la sensación de movimiento ondulatorio suave o verdaderamente pesado.
Aunque últimamente se ha generado un aumento en la cantidad de turbulencias durante los vuelos, principalmente causada por el cambio climático, lo más importante que debes saber, es que, experimentar una turbulencia no quiere decir que algo grave ocurre con el avión sino que, simplemente, éste se encuentra atravesando un medio turbulento —como un auto en una avenida repleta de baches.
¿Cómo se clasifican?
Dependiendo la causa que la origina, las turbulencias se pueden clasificar en:
De acuerdo a la sensación que se experimenta dentro del avión, las turbulencias pueden ser:
Rara vez se puede experimentar una turbulencia severa. Los aviones de hoy en día cuentan con sofisticados radares meteorológicos que permiten detectar y evitar, en la medida de lo posible, este tipo de fenómenos de gran intensidad.
¿Son peligrosas?
Los aviones están diseñados y construidos para soportar los peores escenarios posibles, una turbulencia de tipo severo, por ejemplo. Y aunque en la historia hay registro de accidentes aéreos causados por turbulencia, los avances tecnológicos en la construcción de aviones son realmente notables hoy en día.
Si bien la parte exterior del avión puede quedar intacta, los pasajeros no estamos libres de sufrir algún tipo de lesión. La luz de "Abrocharse el cinturón" nos avisa que estamos entrando en una zona de turbulencias y nos previene que es mejor quedarse en nuestro lugar. Un pequeño descuido puede provocar torceduras de cuello o tobillo. Mantener los cinturones abrochados durante todo el vuelo nos brinda una mayor seguridad.
Las turbulencias durante un vuelo son más frecuentes de lo que imaginas, pero pocas veces llegan a causar daños. En realidad es más una situación de incomodidad que de peligro. Si sigues aterrado por ellas lo mejor es que sepas que: