Seguramente alguna vez te has preguntado si las otras personas ven los colores al igual que tú. Quizá simplemente han aprendido a llamar “azul” aquella tonalidad que, en comparación con el azul que tú ves, es mucho más pálida. O, por lo contrario, pueden ver un azul mucho más intenso y rico que tú. ¿Realmente vemos todos los mismos colores?
Es imposible mirar a través de los ojos de alguien más, por lo que esta duda nunca podrá ser explorada por completo. Sin embargo, al estudiar algunas condiciones de la vista, queda claro que el mundo es según quien lo mira. El daltonismo, por ejemplo, afecta a cerca del 8% de los hombres y 1% de las mujeres. Muchas personas tardan años en darse cuenta que son daltónicos e ignoran que el resto de las personas gozan de una gama cromática mucho más amplia, ya que generalmente existe alguna otra diferencia entre colores, como la sombra o textura, que les permite distinguirlos hasta cierto punto. (Video: ¿Cómo ve un daltónico?)
Podemos distinguir colores gracias a los fotorreceptores, es decir, los sensores en el fondo del ojo que transforman la luz en señales químicas para ser comunicadas al cerebro. Normalmente las personas cuentan con tres fotorreceptores, los cuales nos rinden sensibles a las tonalidades rojas, azules y verdes. Esta información se combina, permitiéndonos apreciar una gran gama de colores. La mayoría de los daltónicos presentan una debilidad en los fotorreceptores correspondiendo al verde, por lo que pierden la habilidad de distinguir entre diferentes matices.
Por el contrario, algunas persona presentan una condición llamada tetracromatismo que las vuelve más sensibles al color. En vez de tres, poseen cuatro fotorreceptores. El adicional les permite ver una mayor escala cromática entre el rojo y el verde, por lo que pueden apreciar más colores que la persona promedio. Para los tetracromáticos, el resto del mundo es daltónico.
En conclusión, lo más seguro es que no todos veamos los colores de la misma manera. (Los colores también se escuchan)