El presidente conservador Mariano Rajoy prometió en 2011, antes de ser elegido, que endurecería la ley del aborto española, pero la reforma fracasó el pasado septiembre.
Miles de españoles desfilaron el sábado en Madrid para advertir al gobierno que su decisión de abandonar el plan para restringir el acceso de las mujeres al aborto les pasaría factura en las elecciones generales de este año.
Enarbolando banderas blancas, los manifestantes pro-vida de todas las edades, trasladados en autobuses desde toda España, marcharon en un día soleado y se concentraron a las puertas del parque del Retiro gritando "¡Cada vida importa!".
El presidente conservador Mariano Rajoy prometió en 2011, antes de ser elegido, que endurecería la ley del aborto española, pero la reforma fracasó el pasado septiembre por la falta de acuerdo en el seno de su partido, el Partido Popular (PP).
La reforma habría acabado con la libertad actual de las mujeres españolas para abortar libremente hasta las 14 semanas de embarazo, un límite de tiempo estándar en muchos países europeos.
El abandono de la reforma enfadó a grupos católicos y otros colectivos pro-vida como los que organizaron la manifestación del sábado.
El gobierno de Rajoy propuso el mes pasado una nueva reforma que obligaría a las chicas de 16 y 17 años a contar con el consentimiento de sus padres para poder abortar.
Esto no consiguió calmar a los activistas pro-vida, que dijeron que esta nueva iniciativa no iba lo suficientemente lejos.
Algunos votantes amenazaron con castigar a Mariano Rajoy en las elecciones generales del próximo noviembre abandonando al PP por otras formaciones como el partido conservador Vox, fruto de una escisión del PP en 2014.