San Luis Potosí, SLP.- En sus pasillos hubo adioses, holas, abandonos, retrasos, correderas, robos, pérdidas y encuentros. Muchos partieron y volvieron y miles más no regresaron jamás; la antigua central camionera, abandonada por más de 18 años, vive hoy su último suspiro al empezar a ser demolida para construir, según algunas declaraciones empresariales, un área comercial y de servicios.
Construida en terrenos de Quintín Rodríguez, empresario que tenía ahí un pequeño restaurante, la zona se convirtió por años en la entrada y salida de propios y extraños.
Fue en los 60 cuando el empresario vio una mina de oro al ser ya insuficientes las pequeñas centrales camioneras que se manejaban por empresas en el área centro de la ciudad, más que centrales, eran paradores donde los viajeros llegaban y salían.
Poco a poco, el empresario comenzó alianzas con los propios choferes de los camiones, que paraban y salían de ahí, usando como centro neuronal el propio restaurante.
Cabe recordar que en aquellos años, el área pertenecía a las orillas de la ciudad, por lo que rápidamente los automóviles de sitio y rutas de camiones comenzaron a instalarse en el lugar.
Por años, la central, con una arquitectura vanguardista para la época, fue parte de la ciudad y del pensamiento potosino.
En sus alrededores, los hoteles, baños, tiendas de recuerdos, loncherías y billares, comenzaron a brotar sin control.
Además, la población comenzó a vivir cerca de la zona, en lo que hoy se conoce como Colonia El Paseo, muchos conductores de autobús instalaron a sus familias.
Sin embargo, fue hace 18 años cuando la central comenzó a ser insuficiente y caótica, por lo que al concesionarse el servicio, la construcción fue destinada a ser sólo para autobuses de segunda y de paso, sin embargo al cabo de unos años, la logística impuso que fuera la TTP la que recibiera todas las corridas.
Abandonada, fue prestada a la Policía Federal de Caminos, como se conocía entonces, y ahí instaló la escuela, además de dormitorios para los cadetes.
Hoy conserva en su interior está siendo demolido para dar paso a lo que será un presunto corredor comercial en sus 3.37 hectáreas, sin embargo los potosinos tendrán si duda en sus memorias escenas de esa central antigua, con su olor a comida callejera, dulces y diesel de los camiones.
Fotos cortesía: Elias Ángel