MÉXICO, D.F.
El Universal | 09/05/2008 |
Los datos sobre el trayecto, el punto de destino y la hora
estimada de arribo estaban en su agenda de actividades, a la cual tenían acceso
un puñado de personas, indicaron fuentes de la Policía Federal a EL UNIVERSAL.
Señalaron que tras el atentado que le quitó la vida a Edgar
Millán, la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) ordenó concentrar a
todos los escoltas que trabajaron con el mando policiaco en el Distrito Federal
y en provincia para tomarles declaración y realizarles la prueba del polígrafo.
Edgar Eusebio Millán fue a visitar a sus padres quienes
viven en el número 132 de la calle de Camelia, lugar en el que él creció y que
estaba programado como parte de la ruta a seguir la madrugada del jueves.
Se trata de un conjunto de 24 departamentos ubicados en una
de las colonias más populosas de la ciudad, enclavada a unas calles del barrio
de Tepito.
El lugar estaba en la ruta diseñada y comunicada por Edgar
Millán a los principales mandos de la SSP. El dato es relevante porque sólo era
conocido por un grupo pequeño de funcionarios.
Los asesinos —entre dos y cuatro personas— esperaban a
Millán en el interior, detrás de la puerta principal. Vecinos y amigos del
mando polciaco dijeron a EL UNIVERSAL que tras los disparos, el Coordinador de
Seguridad Regional, herido gravemente, intentó llamarle por celular a alguien
pero no lo logró.
“Todavía duró un ratito caminando, luego lo sacaron y se lo
llevaron al hospital”, indicaron algunos de los testigos que viven en el mismo
sitio.
Los mismos vecinos aseguraron que Edgar Millán tenía otro
domicilio en la ciudad y que ocasionalmente visitaba a sus padres y hermanos en
Camelia 132.
El ataque
Millán, tercer mando en jerarquía de la Secretaría de
Seguridad Pública (SSP) fue ejecutado con ocho impactos de bala en el tórax,
que le disparó a quemarropa su asesino Alejandro Ramírez Báez, alias “El
Chicote” quien ya lo esperaba en interior de la casa del jefe policiaco.
El homicida alcanzó a herir a los escoltas del funcionario,
quienes sin embargo lograron detenerlo y someterlo.
Ramírez Báez es interrogado en la Delegación Metropolitana
de la Procuraduría General de la República (PGR), que atrajo de inmediato el
caso iniciando la averiguación por los delitos de homicidio y lesión.
Horas después de la ejecución del mando autoridades
federales detuvieron a un segundo hombre implicado en el crimen, en un
operativo efectuado en la casa de Alejandro Martínez Baez, alias “El Chicote”.
Según las investigaciones del gobierno capitalino, el jefe
policiaco fue ejecutado por una banda de asesinos a sueldo, que operan a nivel
local, cuyos miembros habrían sido contratados por el cártel del Pacífico.