Un nuevo estudio de la Universidad de Buffalo estudió a 634 parejas durante sus primeros nueve años de matrimonio.
Un nuevo estudio de la Universidad de Buffalo realizado a 634 parejas durante sus primeros nueve años de matrimonio indica que: la tasa de divorcio fue significativamente más alta cuando sólo uno de los cónyuges bebía más que el otro. Sorpresivamente, si la pareja bebía de una forma similar, sus probabilidades de divorcio disminuían.
El estudio no determinaba la cantidad de alcohol que ingerían, trataba más bien de la forma en que la pareja bebe, es decir, sus hábitos de beber juntos. Si uno de los conyuges bebe y el otro no, esto conduce a la insatisfacción marital, separación y finalmente, el divorcio. Los investigadores descubrieron durante los nueve años que duró el estudio que el 50% de las parejas donde sólo una persona bebía, se divorciaba.
Se espera que esta clase de estudios sirva de apoyo a terapeutas matrimoniales para que exploren el impacto que puede tener la diferencia de habitos al beber en pareja.
