Plano Informativo | 02/01/2014 | 13:45
San Luis Potosí, SLP.- La Procesión del Silencio, que se lleva a cabo en San Luis Potosí desde 1954, como parte de las tradiciones de Semana Santa, finalmente fue declarada patrimonio cultural de San Luis Potosí, en el pasado 2013.
Con base en la fracción 34 de la Ley de Protección del Patrimonio Cultural para el Estado, y con base en la opinión técnica que la Secretaría de Cultura, el Gobierno del Estado emitió el pasado 24 de octubre el decreto administrativo, mediante el cual se declara a la Procesión del Silencio como patrimonio cultural inmaterial del Estado.
Para el efecto, la Coordinación Técnica Estatal de Protección del Patrimonio Cultural, en sesión del 2 de mayo de 2013, emitió el dictamen para proceder a la declaratoria, considerando que ese evento es el mayor atractivo turístico de Semana Santa en la ciudad, además de ser el evento cívico-religioso más importante de la capital potosina, organizado y convocado por la sociedad civil, el cual se ha realizado de manera ininterrumpida en la ciudad desde 1954.
Gracias a la declaración de Patrimonio Cultural las autoridades están obligadas a llevar a cabo acciones de protección, además de promover su apreciación, investigación, registro y catalogación como patrimonio cultural del Estado, con la participación comunitaria en coordinación con instituciones académicas y organismos públicos y privados dedicados a esos temas.
Para el efecto se integran seis artículos, en los que se establece que la Secretaría de Cultura, en coordinación con otras instituciones públicas, privadas u organizaciones sociales vinculadas, definirán los criterios de protección de este bien patrimonial, y promoverá acciones y programas encaminados a su divulgación y difusión, estimulando entre la población el conocimiento y respeto a dicha manifestación.
En esa tarea, autoridades federales, estatales y municipales, así como la Coordinación Técnica Estatal de Protección del Patrimonio Cultural, podrán apoyar y auxiliar a la Secretaría de Cultura, así como a los portadores de esta expresión cultural, a dar cumplimiento en lo previsto en el decreto, y podrán hacer del conocimiento de la autoridad competente cualquier situación que ponga en riesgo la manifestación a la que se refiere la declaratoria.