La historia es simple y conocida. Un grupo de piratas somalíes secuestró, en 2009, un barco estadunidense a 145 millas de la costa de Somalia, en el océano Índico. Richard Phillips, el capitán a bordo del Alabama, escribió en 2010, junto con Stephan Talty, el libro A Captain’s Duty, en el que relata su experiencia.
Tres años después de eso, Tom Hanks encarna en Capitán Phillips a aquel hombre que defendió su barco desarmado. El filme es dirigido por Paul Greengrass, quien asegura que más importante que la propia historia es el significado que hay detrás de ella, “la contradicción y el desarrollo de los personajes”.
Se trata de una cinta de acción y drama con escenas que muestran personajes llenos de instinto, que mantienen al espectador preguntándose cuál será el siguiente paso a tomar. “Es el desarrollo de los personajes y eso hará más claro el proceso de la cinta”, comenta Greengrass.
El realizador británico y el actor Tom Hanks presentaron en Londres Capitán Phillips, cinta con un presupuesto de 55 millones de dólares y que hasta la fecha —desde su estreno hace poco más de un mes y que llega a México este fin de semana— ha recaudado más de 170 millones.
En un lujoso hotel del centro de la capital inglesa, donde el frío, la lluvia y la niebla hacen de las suyas en las calles londinenses, los realizadores coinciden, por separado, que se trata de una historia que debía estar llena de autenticidad.
“Como realizador —subraya Tom Hanks sobre lo que le llevó a aceptar hacer la película— fue tener la oportunidad de trabajar con Paul Greengrass, quien había hecho una magnífica Bloody Sunday (2002), además de la manera en que trabaja y el camino para hacer una cinta basada en un hecho real (Bloody Sunday retrata la marcha de protesta, y sus consecuencias, por los derechos civiles en Irlanda en los años 70).
De capturar la esencia del comportamiento, unir las partes para contar una historia que no es ficción... pensé que sería el cineasta indicado para hacerlo, darle esa autenticidad. Y lo que me llevó a aceptarla como actor fue el personaje que interpretaría, que es un tipo que tiene que salir adelante de esos piratas”, dice un sonriente Tom Hanks.
Greengrass, quien tiene una nominación al Oscar por la cinta Vuelo 93 —que narra la historia de los pasajeros del vuelo 93 de United Airlines que impidieron que el avión secuestrado por terroristas el 11 de septiembre de 2001 se estrellara cerca de Shanksville, Pennsylvania—, destaca su pasión por las cintas contemporáneas que hablen sobre el mundo, que tengan algo qué decir.
Desde que empezó a trabajar en documentales y con personajes históricos, recuerda, inició su gusto por este tipo de temas. Su trabajo, añade, es hacer de esas historias algo que sorprenda a la audiencia, haciéndolo con personajes e historias fuertes.
Creo en hacer cosas interesantes. Así puedes darle a la audiencia una película real, y que se sienta recompensada con lo que les damos”, explica.
Tom Hanks relata con exactitud la manera en que se encontró, por primera vez, con sus compañeros de reparto y quienes interpretarían a los piratas somalíes, quienes, en realidad, no eran actores.
Para tener mayor impacto y realismo en las escenas, Paul Greengrass invitó a la población a realizar casting para participar en el filme.
Encontrarlo, dice, fue un proceso largo. Hanks añade que tuvieron seis semanas para aprender a nadar, a ser piratas y a manejar embarcaciones en el océano.
No tuvimos una especie de coctel de bienvenida para conocernos”, dice entre risas, “la primera vez que nos conocimos fue cuando grabamos en un puente (dentro del barco, también real) y fue muy confuso e incluso intimidante, a pesar de que son chicos muy delgados”.
Después de 40 minutos de filmación, debido a que el idioma fue un impedimento, se dijeron “¡hola, mucho gusto!”, recuerda Hanks. A partir de ahí, se dio la apertura.
Son escenas con violencia y lo hice sin duda, porque sabes que no vas a caerte o vas a morir”, agrega Tom Hanks sobre lo complicado de las tomas, que fueron hechas en un barco verdadero, ya que el director, Greengrass, deseaba darle ese toque realista.
Y fue precisamente esa realidad la que también se muestra en la película Capitán Phillips, en la que hombres buscan hacerse ricos mediante ese tipo de actividad, es, subraya Hanks, crimen organizado.
Es una mirada de lo que pasa, un mundo lleno de corrupción, pobreza y hambre, de hombres que no tienen nada qué perder, esa es una combinación peligrosa y quieren grandes cantidades de dinero para conseguir prostitutas y poder comprar autos lujosos”, explica el protagonista de Filadelfia.
“Al final se trata de la historia de un crimen”, destaca Paul Greengrass, “es más dramático cuando el crimen tiene sus consecuencias, y su castigo. Ellos roban un barco, pero también vienen las consecuencias”.