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En duda teoría de Colapso Maya

El Universal | 16/11/2012 | 08:33

La teoría que durante al menos dos décadas atribuyó el debacle de la cultura Maya a un “colapso” climático y ambiental que orilló a los habitantes de sus urbes a emigrar a otros territorios, fue puesta en entredicho por un mural hallado en las ruinas de la ciudad de Dzibalché y que supondría que la ciudad estuvo habitada hasta el siglo XIII y no el siglo XI d.C, como se había creído.

Este mural posee una importancia central en la interpretación histórica de los periodos de estudio en los que se divide el mundo prehispánico, pues a raíz de este descubrimiento los investigadores han podido asegurar que esta antigua ciudad estuvo habitada hasta el siglo XIII de nuestra era y no hasta el siglo XI, como había sostenido la teoría del “Colapso Maya”.

El equipo formado por el extinto arqueólogo Enrique Nalda, destacó que la importancia de este descubrimiento consiste en que mientras las investigaciones anteriores apuntaban a que la debacle demográfica de esta ciudad ocurrió en el periodo Clásico Terminal (800-1000 d.C), las evidencias conducen a presentar la hipótesis de que hasta el Posclásico tardío (1200-1550 d.C), hubo presencia de habitantes dentro de una activa sociedad urbana.

Sandra Balanzario, miembro del grupo de investigadores, explicó que este mural de estuco describe la vida de la familia Kaan, una de las dinastías mayas más antiguas e importantes de Dzibalché, al sur de Quintana Roo.

Recordó que el objetivo de la última etapa de esta exploración era encontrar las casas que habitó la gente de Dzibanché, porque ya había descubierto las áreas ceremoniales y edificios con cámaras mortuorias, por lo que decidió buscarlas en dos conjuntos arquitectónicos cercanos al área monumental que no habían sido excavados.

En el conjunto arquitectónico que se exploró en una segunda etapa, el equipo de Enrique Nalda buscó evidencias residenciales como la Plaza Pom, donde se corroboró que se ésta trata de un área habitacional que fue ocupada por la elite en el periodo Clásico.

Sus caracterizadas incluyen la construcción de banquetas en el interior de las habitaciones, además de objetos arqueológicos de molienda, cerámica policromada asociada con actividades domésticas.

En el interior del edificio conocido como Palacio Sur se descubrió un mural en relieve de estuco con pigmentos rojo, azul, verde, amarillo y negro, que “nos da una idea de la decoración de los edificios de esta plaza de elite. Tiene la representación de una serpiente con el cuerpo extendido y las fauces abiertas, sobre su cuerpo lleva personajes de los que sólo se conservaron brazos y manos”, explicó Balanzario.

Por su cercanía al área monumental de Dzibanché, los arqueólogos piensan que puede ser la residencia de la familia Kaan.

Cerca de ahí, en el Templo de los Cormoranes, el equipo de Nalda descubrió y mantiene en restauración otro mural de estuco en relieve con —con tonos azul y verde—, elaborado en el periodo Clásico, donde se representa la montaña sagrada, en la que se describe el origen y da legitimidad de la dinastía Kaan.

“Esto es relevante porque la información que teníamos nos decía que la dinastía Kaan se asentó en Dzibanché en el periodo Clásico, y que para el Clásico Tardío (600-800 d.C.) emigró a Calakmul, pero después de este descubrimiento sabemos que hubo una continuidad, parte de la familia se quedó en Dzibanché para controlar la ciudad”.

En las edificaciones pertenecientes a un primer conjunto también se descubrieron materiales arqueológicos que no estaban asociados a actividades domésticas, sino ricas ofrendas de 700 años de antigüedad, como objetos de concha, tumbada (aleación de cobre con oro), oro, cerámica polícroma, cuentas de jade, materiales orgánicos como semillas con restos de carbón y madera.

Estimó que un 70% de los espacios de este conjunto administrativo conservan fragmentos de estuco con pintura policromada y grafitis, algunos con glifos de la familia Kaan, y algunas cenefas de color rojo.

“También se hallaron los restos óseos desmembrados de cuatro individuos que parecen haber sido sacrificados, junto con incensarios efigie, matados (rotos) en el momento del ritual; cuchillos de pedernal y de obsidiana, restos de animales y un punzón de hueso grabado con una escena de extracción de corazón en la que se aprecia a un sacerdote en la escena del sacrificio”.

Los objetos que integran las ofrendas por lo general se encuentran en cámaras mortuorias, pero en el caso de este conjunto se depositaron dispersos en las ruinas de los cuatro palacios, en desuso al momento de esa ceremonia.

Además de estos dos murales se realizan trabajos de limpieza y consolidación de los fragmentos de murales de la Pequeña Acrópolis.

La antigua ciudad de Dzibalché la conforman los cuatro conjuntos arquitectónicos identificados como Grupo Principal de Dzibanché, Tutil, Complejo Central y Acrópolis de Kinichná.