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El arte austriaco eriza al Cervantino

El Universal | 10/10/2012 | 08:18

Una leyenda escrita en el piso advierte el peligro que puede representar la pieza: “No apto para las personas con problemas cardíacos”.


“La Machine á créer des éclairs de génie” o “Máquina para crear destellos de genio” es una pieza que invita al visitante a pedalear la bicicleta ergométrica mientras una esfera de metal montada sobre ella produce una carga electrostática.


Sobre la cabeza del usuario se produce una chispa y el cabello se eriza. El espectador experimenta una descarga eléctrica, pero no necesariamente es o se convierte en genio, como lo advierte el título.
La singular bicicleta, ideada por el artista austriaco David Moisés en colaboración con Chris Janka, es una de las obras que más llama la atención del público que visita “Deseando lo real”, exposición que exhibe el trabajo de 17 jóvenes artistas austriacos contemporáneos.


Exhibida en la salas “Hermenegildo Bustos”, “Polivalente”, “Jesús Gallardo” y “Tomás Chavez Morado” de la Universidad de Guanajuato, la muestra llega a esa ciudad para exhibirse en el marco del Festival Internacional Cervantino, que en esta edición tiene como países invitados a Suiza, Austria y Polonia.


A través de pintura, fotografía, instalación, escultura, video y cine, estos jóvenes austriacos abordan temas críticos de la sociedad o de la política de género, ahondan en las identidades de la cultura austriaca, atribuyen contenidos irónicos a la seriedad de las normas o sólo buscan la interacción de los espectadores con sus obras, como lo hace David Moisés con su bicicleta ergométrica.


“La instalación entra en la categoría de las obras que forman una unidad con el usuario. Es posible sólo contemplarla y dejar a la imaginación el uso y la cadena de eventos originada por ésta, pero las bicicletas estáticas caseras o ergométricas no son máquinas por sí mismas, sino que más bien invitan al usuario a realizar un esfuerzo”, señala en entrevista el artista, quien compara esta pieza con las cajas caseras que son utilizadas para dar toques eléctricos en las cantinas de la ciudad de México.


“En el caso de mi pieza, el objetivo es que sea probada y utilizada por la mayor cantidad de personas posibles, aunque el trabajo puede funcionar incluso cuando el visitante se limita a observar a otro que lo utiliza o se imagina cómo funciona”, añade.


Otras obras, como la del artista Leopold Kessler, cuestionan las relaciones de poder y el orden establecido. A través de tres fotografías y un video de seis minutos que captan a Kessler perforando las señales de tráfico con unas pinzas, el artista muestra cómo en Viena, una ciudad perfectamente controlada es posible transgredir las normas. El artista, quien opina que el arte funciona mejor en el espacio público cuando no es perceptible como tal, porque el ser humano, en cuanto identifica que algo como arte deja de reflexionar sobre ello, también ha realizado reparaciones en instalaciones eléctricas para demostrar que “ni siquiera en Viena el Estado puede encargarse de que realmente todo funcione siempre”.


Deseando lo real, explica Karin Zimmer, curadora de la exposición, exhibe las creaciones de artistas austriacos emergentes, quienes “sitúan la noción de realidad, confrontada con la noción de “lo real”, en el centro de su práctica y exploran distintos modelos para su representación”. “La muestra aborda la realidad desde diversas perspectivas ya sea como una experiencia subjetiva, como una puesta en escena o como una búsqueda de soluciones y espacios alternativos, contrapuestos a las concepciones convencionales de ‘lo real’”.


Además de que al estar integrada con obras de la colección de la República de Austria, la muestra intenta presentar a nivel internacional el arte contemporáneo austriaco, el cual así como colocar a nivel internacional las creaciones que hoy en día están realizando los jóvenes austriacos.


“Es difícil decir para mí como artista que exista un arte típico austriaco o un panorama con una corriente especial en el arte austriaco, pero una cosa se puede decir, y eso es que como artista en Austria se tienen muchas posibilidades de un tiempo y trabajar en diferentes lugares del mundo con la ayuda de diversas becas, tal y como yo lo pude hacer este año con mi estancia de tres meses en México”, destaca.