En el censo de 2010, 22.6 por ciento usaba leña y ahora se redujo esa cifra al 16.16 por ciento.
Un aspecto que es considerado en la medición de la Pobreza Multidimensional, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), es el combustible que se usa en las viviendas para cocinar o calentar los alimentos.
La norma establece que se debe utilizar el gas como combustible para cocinar, y que es indicador de pobreza extrema si las viviendas utilizan petróleo, leña o carbón.
De acuerdo con el Censo General de Población y Vivienda 2010, en el estado el 22.6% de las viviendas se cocinaba con leña. Las acciones realizadas de colocación de estufas ecológicas en estas viviendas, redujeron el indicador a 16.16%. En tres años se han instalado 39,923 estufas con una inversión de 113 millones de pesos beneficiando a más de 183 mil potosinos.
Este tipo de estufas reduce significativamente los riesgos de cocinar con leña en fogones abiertos, y por tanto se considera un impacto en los indicadores.
Asimismo, en el medio rural es donde se sobrelleva la problemática de uso de leña para cocinar en fogones abiertos, lo que genera contaminación y repercusión en la salud de las personas con daños a las vías respiratorias, además de otros problemas de salud como reducción en la capacidad de aprendizaje y del sistema inmunológico y desordenes de la piel. La primera causa de consulta en los Centros de Salud son las enfermedades respiratorias agudas.
Las estufas ecológicas disminuyen hasta en 50% el consumo de leña; además permiten ahorro de tiempo en el corte y acarreo; y reducen esta pesada y riesgosa tarea que recae principalmente en las mujeres, por razones culturales y por estar vinculadas a la preparación de los alimentos. Por otra parte se apoya en la conservación del medio ambiente.