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Boligán muestra sus trazos impertinentes

El Universal | 04/08/2012 | 09:03

A la entrada de Boligán. El trazo impertinente, hay una advertencia: “Decía Reinaldo Arenas que la sátira es la manera más cubana de enfrentar la realidad”. Las 40 obras que el caricaturista Ángel Boligán ha realizado en los últimos años dan cuenta de la visión del mundo que ha tenido el cubano radicado en México desde hace 20 años: una sociedad globalizada que no ha podido o quizá no ha querido escapar de las redes del consumo.

El caricaturista de EL UNIVERSAL confiesa en un video que forma parte de la muestra, que él lo intenta, adquiere herramientas tecnológicas que facilitan su trabajo, pero sería incapaz de comprar una televisión cada cierto tiempo porque es más grande o tiene otras funciones. “Trato de alertar (del fenómeno) porque si no, vamos a volvernos unos animales de consumo irracionales”.

La alerta de Boligán despierta el interés de quienes recorren los pasillos de la Galería de Arte de la Secretaría de Economía, en donde fue inaugurada la muestra la noche del jueves en presencia de Bruno Ferrari, secretario de Economía, y Bernardo Altamirano, procurador Federal del Consumidor, instituciones organizadores de la exhibición que permanecerá hasta el 13 de septiembre.

Los visitantes, con mojito en mano y música de Silvio Rodríguez de fondo, se detienen en cada una de las obras, sonríen y se conmocionan ante la crudeza de algunas de las caricaturas. En tiempos de Juegos Olímpicos es casi imposible no contemplar Consumismo fut, como si no se tratase de un espejo: un hombre obeso, vestido con el uniforme de un equipo, mira sentado el televisor, a su alrededor basura “fut”, y toma en sus manos una “cerveza fut” que le ha lanzado como anzuelo otro hombre. “Así estuviera mi marido si los juegos no fueran tan temprano”, confiesa una mujer a otra. “Pues así está el mío, no importa la hora”. Las dos ríen.

Boligán guía a sus invitados por las obras, Ferrari se detiene en una, Solicitud de amistad, que muestra un perrito que pide la atención de su dueño, entretenido en Facebook. Otra más le llama la atención: Miedo, en donde una mujer hermosa y gigante está sentada en una banca, un hombre pequeño la mira aterrorizado, con un ramo de flores. Ríe ante las dos.

La exposición le sirve a Boligán para agradecer a quienes hicieron posible su existencia, pero sobre todo por haber entendido a la caricatura en su dimensión artística “como un arte mayor”, y expresa una gratitud hacia México, el país en el que se ha “gastado los últimos 20 años de mi vida”.

Por su parte, Altamirano comparte a los asistentes que el trabajo de un caricaturista es buscar criticar al Estado y provocar la reflexión, y que el cartón sobre la economía se refiere a un valor universal, el consumo y el mercado, que a diferencia del ámbito político tiene un lenguaje más unívoco, por eso, dijo, espera que la muestra provoque a los consumidores a observar los fenómenos del mercado desde una visión crítica.