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Víctor Manuel Mendiola: Es el personaje el que te da la historia

El Universal | 14/07/2012 | 12:53

Para el escritor Víctor Manuel Mendiola, quien pasó casi siete años trabajando en lo que sería su primera novela “4 para Lulú” (Alfaguara), en una narración el personaje es quien a la historia.

“El personaje es el que te da la historia. Entiendo que con la historia puedes llegar a un personaje, pero para mi lo fundamental es cuando encuentras a la persona. Sin personaje no tienes historia, no tienes novela ni tienes prosa en la novela. El personaje es el que crea los mundos reales e interiores de la novela”, comenta en entrevista el poeta y ensayista.

Y en esta su primera novela, ganadora del certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario “Sor Juana Inés de la Cruz” 2010, sus personajes son la mezcla de muchas personas y de experiencias personales, según confiesa.

En “4 para Lulú”, el poeta y ensayista narra la vida de cuatro niños que viven en la Ciudad de México, quienes durante el fin de semana que va del 22 al 25 de noviembre de 1963, cuando es asesinado el entonces presidente de EU, John F. Kennedy, continúan su vida de juegos y aventuras ajenos al magnicidio, pero sin darse cuenta, entrelazándose con la tragedia.

Mendiola comenta que se trata de una novela que explora el mundo infantil, las relaciones afectivas, pero también el deseo erótico que el ser humano llega a experimentar durante la infancia.

“Son cuatro días de relaciones y pasiones muy intensas entre los niños, en donde sucede y no suceden cosas, todo es más fantasía que realidad, aunque hay intentos por tocar el fondo del erotismo pero no lo pueden hacen”, comenta.

“Cuando se habla de los niños ponemos el acento en la relación amorosa y conflictiva que hay entre los niños y los adultos, pero quizá es tan importante nuestra vida infantil o es tan importante la relación que tenemos con los otros niños como la que tenemos con nuestra familia, y a lo mejor es mucho más importante la vida con nuestros amigos, que la que tenemos con nuestra propia familia, quizá la verdadera familia es el grupo de amigos. En la novela juega un papel importante esa dimensión”, añade el novelista.

Concebida durante su estancia en el Centro de Artes de Banff, Canadá, en 2001, el autor comenta que en esta novela es producto de un trabajo metículoso de revisión, de construcción de personajes y de la historia. Comenta que el borrador estuvo listo en dos meses, pero la historia tomó forma a lo largo de siete años: “La escribí con calma, porque había que vencer muchas cosas, pero lo que me importaba era construir un personaje y una historia”, dice Mendiola.

Señala que una de las razones por las que tardó en concebir la novela fue que tuvo cuidado de no hacer narrativa poética. “Para mi lo fundamental es hacer una narración verdadera. Muchas novelas que escriben poetas naufragan por el mal uso de los recursos poéticos. La poesía puede ser un gran recurso de narración, siempre y cuando no se vuelva descripción, debe usarse como una forma de síntesis. En muchos casos, los poetas acabamos haciendo una poesía como pura descripción, muy decorativa, muy poética, pero es el enemigo principal de una novela”.