Hugo Laussín | Plano Informativo | 05/07/2012 | 11:10
Aunado a las afectaciones entre adolescentes por el uso indiscriminado de audífonos con música a altos decibeles, ahora ya existe en el mercado la llamada “droga auditiva”, misma que con sólo tener acceso a una computadora, un reproductor de música como el celular y unos audífonos, puede llegar a manos de los jóvenes que según los especialistas de todo el mundo, pueden emular con sonido los efectos de drogas específicas.
Y no es para menos, pues por ejemplo, el software I-Doser, es un programa diseñado para incentivar en el cerebro ciertas sensaciones similares a las que producen las drogas, pero sin la necesidad de consumir pastillas o inyectarse. Según sus creadores I-Doser puede emular el efecto de una droga determinada.
Entre las drogas auditivas que pululan en internet se encuentran LSD, heroína, opio, valium, cocaína, marihuana, éxtasis y oxym.
La mencionada “droga auditiva”, funciona por medio de ondas binaurales que básicamente son tonos con frecuencias diferentes en cada oído que obligan al cerebro a recalcular su frecuencia, creando una nueva frecuencia dentro del cerebro, una frecuencia que en realidad no existe fuera del cerebro.
El efecto fue descubierto en 1939 por Heinrich Wilhelm Dove, quien identificó que dependiendo de cuántas ondas ingresen al cerebro por medio del oído izquierdo o el derecho, dependerá el tipo de reacción del individuo. Por ejemplo, si al oído izquierdo llegan 400 megahertz y al oído derecho 410, el pulso binaural resultante será de 10 megahertz (Hz), permitiendo modificar las ondas cerebrales, ya que ésta llega a una zona llamada mesolímbica que controla las emociones y provoca estados como alegría, tristeza o relajación.
Sin embargo, algunos investigadores ha publicado en revistas científicas, que no hay un dato fidedigno que asegure que las ondas reproduzcan drogas, aunque reconocen que sí puede alterarse la conciencia de los individuos que escuchen este tipo de música, sin embargo lo atribuyen más a una disposición de los que la escuchan a que realmente el cerebro resulte drogado por la música.