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Experimentan con videodanza

El Universal | 23/06/2012 | 07:34

El director y teórico teatral polaco Jerzy Grotowsky escribió que “el performer” es el hombre de acción, el danzante, el guerrero, que está fuera de los géneros estéticos; por eso no buscaba descubrir algo nuevo, sino algo olvidado, que fuera tan viejo que todas las distinciones entre géneros estéticos ya fueran válidas.

A partir de esta idea, el coreógrafo Rodrigo Angoitia y el videoasta Alfredo Salomón comenzaron a trabajar en el video “LAB+VIDEO+CEPRODAC”, un proyecto realizado en el Centro de Producción de Danza Contemporánea que será estrenado hoy a las 20 horas en su sede ubicada en calle San Fernando no.14 3er Piso Col. Guerrero.

Además de la idea de “el performer” y la concepción del trabajo de un bailarín, Angoitia propuso una investigación de los impulsos humanos, de los símbolos y los lenguajes de la danza; así como una reflexión sobre el sentido del arte y la idea del entretenimiento.

“El punto de partida fue la propuesta del Ceprodac para generar una actividad en torno al concepto de laboratorio y de la experimentación. Trabajamos durante unas 8 semanas y en ese tiempo pudimos concebir posibilidades de exploración dentro del video”, explicó en entrevista.

Añadió que la principal técnica que usaron con los bailarines del centro, fue el movimiento auténtico.

“Si pensamos que el cuerpo es un generador de discurso, no es viable abordarlo desde una sola perspectiva, por eso más que trabajar con una forma de movimientos organizados y convencionales, la técnica propone el estudio de los impulsos del movimiento y a los que debemos ser capaces de responder de una manera honesta.

Por ejemplo, a veces en los teatros se trabaja para que el espectador veo el resultado como algo amplificado, pero con el video se nos permite ver detalles de expresión muy finas, así pudimos elaborar una arquitectura gestual”, dijo.

El proyecto, sostuvo, es una particular propuesta de movimiento para video que “explora las capacidades narrativas y las posibilidades del cuerpo en movimiento para generar sentido dentro del cuadro, abordadas desde un género, el de la danza para la cámara”.

Argointia explicó que los procesos políticos en el mundo, la visión del fin de la humanidad y el descontento por los modelos que prometieron la modernidad, también fueron temas que decidieron abordar.

Paralelamente Salomón realizó el libro “El cuerpo como vestigio”, resultado de la observación “obsesiva del cuerpo de 14 bailarines de danza contemporánea”.