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70 desaparecidos en Chiapas: pobladores

OSTUACÁN, Chis.
El Universal | 06/11/2007 |

 

El desgajamiento de un cerro sobre el río Grijalva levantó una enorme ola que arrasó la comunidad de Juan de Grijalva, ubicada en la región norte de Chiapas, limítrofe con Tabasco.

Los pobladores narraron que vieron morir a varios de sus vecinos, entre ellos, al agente municipal Abimael Navarro y su esposa Rosa Huecho, quienes presumiblemente se ahogaron.

La tragedia, que ocurrió la noche del domingo, se produjo por el reblandecimiento de un cerro a la orilla del Grijalva, cuyo cauce desemboca en la presa Peñitas.

La furia del agua arrastró más de 50 casas, producto de las lluvias torrenciales que han azotado la región desde hace un par de semanas, a causa de los últimos frente fríos.

De acuerdo con los propios pobladores, hay al menos 70 desaparecidos de esta comunidad de 150 habitantes. Se calcula que otros 80 se encuentran en albergues de Pichucalco y Ostuacán.

La Secretaría de Gobernación informó que son cuando menos 16 personas desaparecidas.

Los habitantes de las comunidades cercanas pasaron toda la noche intentando rescatar a sus vecinos, hasta que en la mañana del lunes comenzó a llegar la ayuda estatal.

El represente del gobierno del estado, Ernesto Gutiérrez, que hasta la madrugada del martes permanecía en la zona, aseguró que en los albergues de Pichucalco y Ostuacán se habían logrado concentrar 80 sobrevivientes de los más de 150 habitantes que vivían en el pueblo.

"No hay un saldo real, no hay un sólo cuerpo encontrado", dijo. El funcionario informó que hoy 20 lanchas continuarán con las búsqueda de más personas.

Ostuacán, junto con Reforma, Pichucalco y Chicoasén, encabezaban la lista de 11 municipios en estado de emergencia. Pero parecía que lo ocurrido en Chiapas quedaba sumido en el olvido por la tragedia que acontece en Tabasco.

A la comunidad, cercana a la presa Peñitas -que "después de los días de lluvia rebasó su nivel máximo"-, sólo se puede acceder en lancha o helicóptero. El presidente municipal, Tomás Hernández, dijo que por el ruido estruendoso se pensó que la presa se había desbordado.

Por lo menos, calculan que el derrumbe es de más de un kilómetro de largo. "Es algo inexplicable: Todavía no podemos dar el dato de cuántos fallecidos", dijo.

 

Testimonios

Arcadio Jiménez Escobar, habitante de uno de los seis poblados cercanos a Juan de Grijalva, aseguró que el derrumbe ocurrió a las ocho de la noche del domingo y los pobladores comenzaron a comunicarse con sus vecinos hasta que a la 01:30 horas del lunes, Ignacio Altunar, agente municipal de otra comunidad vecina llamada El Triunfo, les confirmó que el poblado había desaparecido.

Entonces, algunos de ellos, que no corrieron para refugiarse en las zonas altas, acudieron al lugar para intentar salvar a los sobrevivientes. Aseguró que se dio aviso al edil, pero dijo que no había gasolina para ir en lancha, que esperaran a que amaneciera.

Recostados sobre colchonetas, en un aula de la escuela secundaria de Ostuacán, los sobrevivientes hablan de sus desaparecidos. Wilson Sánchez asegura que además del agente municipal y su esposa, murió su propia madre y un sobrino que andaban en la lancha. Su hermana Bellaly, quien viajaba con ellos en la embarcación y que luego fue trasladada a un hospital, se lo contó.

 

Tumbados y encobijados

Hoy los damnificados están concentrados en un albergue custodiado por elementos del Ejército mexicano. Éstos, en el día ocho después del diluvio que azotó Tabasco y Chiapas, iban por la carretera que va de Tuxtla Gutiérrez a Villahermosa rumbo al desastre, armados con palas y picos y una lancha.

Habitantes del poblado arrasado calculan que por lo menos 17 personas murieron, pero dicen que esperarán hasta 72 horas para que aparezcan. "Para nosotros están muertos, porque las casas se rompieron cuando el agua pasó por ahí", dicen.

Los helicópteros trasladaron a 11 heridos que sobrevivieron al derrumbe del alto Grijalva, cubriendo sus 100 metros de profundidad.

Hoy continuará la búsqueda de los desaparecidos, bajo la esperanza de que se hayan protegido en la serranía. Anoche, el gobernador Juan Sabines, quien visitó el lugar de la tragedia, decía: "Hoy iba a haber una boda. Está el novio, pero no está la novia. No se puede hablar de muertos hasta que no se vean los cadáveres".