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Rescatan en historietas la vida de heroínas mexicanas

EL UNIVERSAL | 28/02/2012 | 15:47

Lejos de versiones que minimizan su importancia en las gestas libertarias del país, la vida de las heroínas Leona Vicario y Carmen Serdán, quienes lucharon durante la Independencia de México y la Revolución, respectivamente, ya forman parte de una serie de historietas tituladas “Historias de la Historia”. 

Con ilustraciones del destacado dibujante Edgar Clement, las recientes entregas de esta colección del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que incluye también la historieta de “Pancho Villa y la División del Norte rumbo a Torreón”, fueron presentadas en la XXXIII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. 

La historiadora Raquel Huerta, autora de “Leona Vicario en Chilpancingo”, da su opinión sobre el papel de las mujeres, tanto en la Independencia como en la Revolución en “Historias de la historia”, donde hace de estos relatos una actividad placentera con lenguaje claro y atractivo para el conocimiento de niños y jóvenes lectores. 

Leona Vicario y su esposo Andrés Quintana Roo, aparecen en las páginas de esta historieta como buenos mozos de 22 y 25 años, edad en que se entregaron a la causa insurgente. Ellos formaron parte de la juventud criolla hispanoamericana, llena de ideales libertarios, que hizo de las tertulias el nido de la conspiración contra la Corona española, refiere Huerta. 

Agrega que Leona Vicario no se entregó a la causa insurgente por amor a su esposo, como se ha dicho, “ella era una mujer con convicciones propias. Venía de una familia pudiente, y como era huérfana y no tenía hermanos, decidía qué hacer con su fortuna”. 

Al igual que lo hizo su predecesora, María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio, mejor conocida como “La Güera Rodríguez”, Leona Vicario apoyó con su dinero y sus contactos —sus tíos estaban vinculados al virrey— al movimiento independentista, de manera que contrató a armeros vascos para el suministro de armas, además de mantener comunicación con José María Morelos y Pavón, e Ignacio López Rayón. 

Recluida en el Colegio de Belén de la Ciudad de México por sus actividades políticas, fue rescatada bajo órdenes de Morelos por tres militares condecorados; tiempo después salió rumbo a Oaxaca, disfrazada de negra y con una imprenta para difundir los panfletos de la insurgencia. Una vez en Chilpancingo, se convirtió en la primera mujer en subir al congreso, además de haber sido nombrada benemérita tres veces. 

Entre estas historias, destacó Raquel Huerta, se encuentra la de cientos de mujeres: campesinas, indígenas, mecenas… que con arrojo e ingenio (por ejemplo, Gertrudis Bocanegra disfrazaba mensajes en el papel para cigarrillos), fueron fieles al movimiento armado, pese al encarcelamiento, el escarnio, y la confiscación de sus bienes. 

Un siglo después, en la ciudad de Puebla, tendría lugar otro hecho heroico encarnado por una mujer: Carmen Serdán, quien desde el balcón de su casa, que era asediada por la policía, arengó a quienes pasaban por ahí, a combatir por la libertad “que vale más que la vida”, tras lo cual repitió la consigna maderista de “Sufragio efectivo, no reelección”. 

La historieta “Carmen Serdán y las revolucionarias de Puebla” es resultado de una investigación realizada por los historiadores Alfredo Hernández Murillo y Pedro Chávez Velásquez, quienes destacaron que la casa de los Serdán fue cateada un par de días antes del estallido de la Revolución, el 18 de noviembre de 1910. 

“Leona Vicario en Chilpancingo”, y “Carmen Serdán y las revolucionarias de Puebla”, son los números 4 y 5 de la serie “Historias de la Historia”. Los números anteriores corresponden a: “Acatempan”, “Atrapados en Cuautla” y “Acatita de Baján”.