El Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) decidió declarar vencedor de la puja por las acciones en poder del Estado mexicano de Aeroméxico al grupo de empresarios respaldados por Banamex.
Por sólo dos minutos, el consorcio de capital estadounidense dejó atrás a los empresarios Alberto Saba Rafoul y Moisés Saba Masri, que habían presentado una oferta superior. la decisión se basó en el hecho de que la familia Saba presentó su postura fuera de tiempo.
El grupo respaldado por Citibank-Banamex pagará 249 millones 102 mil dólares por el 100% de las acciones de la aerolínea y como aún no entra en vigor la reforma fiscal que grava las grandes negociaciones bursátiles, la operación quedará libre de impuestos.
El precio por acción de la oferta ganadora es de 2.7159 pesos. La última postura de Saba fue de 2.72 pesos por título.
Desde el martes inició la lucha por la principal aerolínea del país que sentó dudas razonables sobre la subasta; tanto que a las 21:31 horas, la familia Saba lanzó una apuesta por 213 millones 707 mil dólares.
Inclusive, hoy Grupo Mexicana (de Aviación) no se dio por vencido y a las 14:42 horas ofreció 224 millones de dólares; los Saba reviraron a las 15:43 horas con 229 millones de dólares.
A las 15:59:33 horas, Banamex propuso 249 millones 102 mil dólares, sin ampliar el plazo de vigencia de su oferta; Saba pujó a 231 millones a las 15:59:38, y su última carta la sacó a las 16:02:42 --dos minutos y 42 segundos después del plazo fatal--, con 249 millones 478 mil pesos, según información del IPAB.
En punto de las 18:00 horas, la junta de Gobierno del Instituto anunció que había aceptado la propuesta presentada por Banamex y que, hasta las 16:00 horas, era la de mayor precio.
También informó que por medio de Nacional Financiera (Nafin) se habían realizado “los actos necesarios” para que se llevara a cabo la liquidación.
En entrevista, Moisés Saba Masri afirmó que el proceso de compra-venta de Aeroméxico “estuvo cargado en favor de los otros oferentes”, del grupo de inversionistas más Banamex.
Dijo que no impugnará el proceso, ya que no pretende afectar a la aerolínea, a los empleados, ni a los empresarios participantes en la subasta.
“Pelearse con el gobierno no tiene ningún sentido. Pelearme los siguientes cinco años de mi vida y perder el tiempo en tribunales no vale la pena, yo no voy a afectar a la aerolínea”, declaró a EL UNIVERSAL.
Desde su punto de vista, fue “una arbitrariedad, y solo no me puedo defender”. En su opinión, durante las últimas 48 horas del proceso no hubo reglas claras, ni un reglamento preestablecido. “Se brincaron muchas trancas, había un sinnúmero de diferencias por las que deberían de haberse postergado los plazos”, aseveró.
Maria Teresa Fernández, secretaria ejecutiva del IPAB, rechazó que el proceso se haya “cargado” hacia alguno de los oferentes y afirmó que éste se apegó a la Ley del mercado de Valores.
“Si la compañía no se adjudicó a Saba es porque la de Banamex ya había vencido; también se consideró el costo de oportunidad para el IPAB”, manifestó.
En entrevista con EL UNIVERSAL, expuso que el compromiso que asumió Banamex de hacer el pago de inmediato, el IPAB podrá amortizar la deuda asociada al rescate bancario y tendrá un beneficio de 5 mil 800 mil pesos; si se hubiese optado por Saba, éste habría liquidado hasta el 15 de noviembre.
“Nuestro deber era venderla a la quien pagara mejor”, aseveró.
Sin embargo, el presidente de la Comisión de Transportes de la Cámara de Diputados, Rubén Aguilar Jiménez, declaró que “fue una acción sospechosa que debe ser investigada a fondo por todos los organismos públicos, incluido el Congreso de la Unión”.
Por su parte, José Luis Barraza, que encabeza al grupo de empresarios ganadores de los títulos de Aeroméxico, dijo que “fue un proceso transparente”, que se buscarán alianzas con aerolíneas del extranjero y que se mantiene el compromiso de capitalización por 240 millones de dólares, para reforzar la posición competitiva de la aerolínea, a fin de garantizar su expansión futura con costos competitivos.