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Alarma Tarahumara

Plano Informativo | 23/01/2012 | 09:12

La fiebre cibernética fue desatada por informaciones terribles. Se saturaron las redes sociales el fin de semana con la alarmante nota de 50 suicidios hasta el 10 de diciembre entre mujeres y hombres de comunidades tarahumaras que habrían sido provocados por la depresión que genera la hambruna en las comunidades indígenas.

La información de muertes por desnutrición o suicidios en la Tarahumara, es que hicieron emerger ante la opinión pública la emergencia alimentaria y productiva que se cierne sobre la mayor parte del norte del país, y en especial sobre las comunidades serranas de Chihuahua.

Las etnias de la sierra Tarahumara entre ellas los  rarámuris, odamis, pimas y warijoos, fueron arrojadas por la conquista española, primero, y luego por la ambición de blancos y mestizos a las zonas más remotas e inhóspitas de ese territorio: laderas, cumbres y barrancas pedregosas.

Esto los condenó a practicar una agricultura de infrasubsistencia, que los mantiene en un estado de desnutrición crónica.

Esto resulta paradójico por dos razones: la primera, porque los enormes recursos forestales y mineros de la sierra chihuahuense han sido y son explotado por extranjeros sin beneficio alguno y con perjuicios para los pueblos indios.

La segunda, porque la riqueza y prosperidad río abajo, es donde la miseria y el agua nacen. Los ricos agricultores sinaloenses, sonorenses, bajacalifornianos y chihuahuenses no pagan un solo centavo por servicios ambientales a los indígenas de la sierra de Chihuahua.

Así, en la Tarahumara el hambre no es noticia, Chihuahua es el segundo peor estado en cuanto a la pérdida de posición relativa por la desigualdad étnica, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

La solidaridad espontánea, inmediata que el pueblo de México ha mostrado ayudará en algo a paliar el hambre de la sierra Tarahumara. Pero ésta se resolverá sólo cuando a sus pueblos indios el Estado les haga plena justicia.

Tras difundirse las muertes de las seis personas de Carichí, Chihuahua, en la zona de la  Sierra Tarahumara, ciudadanos convocaron en redes sociales a reunir víveres para enviarlos a la población indígena.

Los tarahumaras se están muriendo; en todos los sentidos. Urge conocer que se va hacer para sacarlos ya de su miseria. Los gobiernos federal y estatal tienen que informar cómo piensan revertir esta realidad de fondo.

Lo que se haga en la sierra tarahumara bien puede servir como modelo para tantas otras regiones indígenas del país, con problemas semejantes de miseria. La tarea es ardua.