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Mauricio Garcés, a 85 años de su nacimiento

Plano Informativo | 16/12/2011 | 12:43

Mauricio Férez Yázbek (Garcés), (nació el 16 de diciembre de 1926 en Tampico, Tamaulipas, México † el 27 de febrero de 1989, Ciudad de México), fue un actor mexicano recordado especialmente por su representación satírica en varias películas del galán seductor, maduro y sofisticado de alta sociedad; popularizando e implantando en el habla mexicana las frases «Las traigo muertas...», «¡Arrrroz!» y «Debe ser horrible tenerme y después perderme...».

Originario del puerto de Tampico, Mauricio Férez Yázbek nació en el seno de una familia de origen libanés, de la que surgieron reconocidos fotógrafos. A los seis años de edad, la familia de Mauricio se muda al Distrito Federal. Durante la infancia de Garcés en la Ciudad de México, su familia conoció y fue vecina de la familia del actor y empresario Antonio Badú (también de raíces libanesas); ambos artistas fueron amigos desde esa época. Estudió ciencias químicas en la universidad, habiendo de abandonar la escuela para ayudar a ganar dinero en la casa. Ejerció varios empleos hasta que su tío Tufic Yázbek, un popular fotógrafo de estrellas de cine, ayudó a introducir al joven Mauricio de poco más de 20 años en el mundo de la farándula mexicana.

Su carrera como actor contó con el apoyo de otro tío, el productor José Yázbek, quien lo incluyó en el reparto de La muerte enamorada (1950), comedia estelarizada por Miroslava Stern y Fernando Fernández. A partir de esa película, Mauricio adoptó el apellido artístico Garcés por considerar que la letra G podría traerle buena suerte y convertirlo en una estrella del calibre de sus ídolos Clark Gable, Gary Cooper y Cary Grant.

Inicialmente su carrera estaba enfocada al género dramático y de suspenso, interpretando versiones serias de galanes en películas como La estrella vacía o series de televisión tales como Gutierritos y tuvo su propia serie de televisión Cita Ponds. Asimismo, hizo teatro en obras como Vidas Privadas, No me manden flores y Vidita Negra (que posteriormente filmaría en película), La Luna Azul y otras más.

En la última década de su vida, su salud se ve afectada por su adicción al tabaco muriendo de enfisema pulmonar en 1989. Perdió grandes cantidades de dinero por su afición a las apuestas y juegos de azar, cosa que hizo muy complicado el costo del tratamiento de su enfermedad en los últimos años de su vida.

Paradójicamente, en contra de sus interpretaciones de galán conquistador de mujeres, Mauricio Garcés era de personalidad tímida y retraída. Permaneció soltero a lo largo de toda su vida, si bien vivió un romance con la actriz Silvia Pinal, por diferencias ideológicas no contrajeron matrimonio.