Paulina Bárcenas
Plano Informativo | 20/09/2011 |
Paciencia, buen pulso, hábitos de limpieza pero sobre todo mucha imaginación y espíritu creativo son indispensables para ser todo un artista de los tatuajes, o al menos así lo considera Miguel Isaías, mejor conocido en su ambiente como Mara.
Tatuador profesional desde hace 10 años, pero artista del dibujo desde siempre, Mara hace de cada tatuaje una historia de vida y reconoce que los resultados deben ser los mejores ya que su trabajo permanecerá por siempre en la piel de alguien más.
Su talento fue innato y asegura que el buen tatuador nace: “sí hay escuelas en donde vas y te enseñan algo te técnica, dibujo y esas cosas, pero yo creo que los mejores tatuadores se hacen poco a poco conforme van conociendo por sí mismos el mundo de los dibujos eternos”, señala.
Mara es originario de Villa de Zaragoza, en donde armó su primera máquina: “yo empecé armando mi primera fuente de poner, así como lo hacen en la cárcel, a una sola tinta y con dibujos muy pequeños”, comenta sentado en uno de sus sillones para tatuar, en un contexto lleno de dibujos inmortales.
Su primer tatuaje lo hizo a sus “camaradas” a quienes les grabó imágenes religiosas, dice que supo que quería seguir en el mundo de los tatuajes y entonces viajó por varios estados como Guadalajara o Monterrey, donde empezó a conocer técnicas y estrategias para aprender todo sobre los tatuajes.
Al paso del tiempo Mara puso su primer local en el cual trabajan tres artistas del tatuaje; el segundo vino un par de años después, en donde “beca” a jóvenes que aspiran a ser tatuadores y les deja saber todos sus secretos.
“Aquí yo no le cierro las puertas a nadie, todo aquel que quiere ser artista pues tiene un espacio, solo que hay que cumplir ciertos requisitos y llevar una disciplina, precisa. Y es que aquí, una de las tareas fundamentales de quienes aspiran a ser tatuadores es barrer, pues la higiene es fundamental, “sin eso no podemos practicar nada y no los pongo a barrer o esterilizar como medidas de discriminación, sino que les hago saber que la higiene es básica en mi negocio”.
Además de esto, quienes aspiran a ser tatuadores deben ser buenos dibujantes y sobre todo es fundamental realizar muchas prácticas sobre el papel, antes que la piel.
Con tan sólo 26 años, Mara ha trabajado diferentes técnicas y estilos, sin embargo el realismo es lo suyo. Explica que, aunque los tatuajes son para siempre van por modas: hace mucho pues se usaban los clásicos como rosas, corazones, santos, tribal, todo eso. Las cosas van cambiando y después una moda recurrente fue lo relacionado al metal, ahorita te puedo decir que el realismo y los rostros están muy de moda”, dice.
En cuanto a partes del cuerpo, el experto en la materia señala que ahora son mucho más usuales en el cuello, brazos u hombros y afirma: “antes si eran en lugares en donde nadie los veía, como que les daba miedo, pero hoy los tatuajes son cada vez más visibles”.
El sueño de Mara es poder tatuar algún día a uno de los artistas que más ha admirado por su talento para los tatuajes. Reconoce que en México con lo que más se “sufre” a la hora de tatuar es el trabajo con los colores por una cuestión genética básicamente: “nuestra piel es morena, entonces eso dificulta que los colores luzcan al máximo, eso es con lo que más batallo”.
Detrás de un dibujo eterno…
Mara explica que el procedimiento para tener un tatuaje se puede llevar muchas sesiones a partir de su complejidad, sin embargo todo parte de la elección del dibujo: “nosotros tenemos un portafolio de dibujos y tatuajes que la gente puede elegir, sin embargo si los clientes traen una propuesta pues ya platicamos y acordamos lo mejor para el cliente”.
Una vez que el dibujo fue seleccionado, se le entrega al cliente una hoja responsiva en donde tiene que especificar si padece algún tipo de enfermedad, una cuestión importante de la cual subraya: “si un cliente tiene diabetes o alguna otra enfermedad que dificulte la cicatrización, mejor le pedimos que vaya al doctor para que este le diga qué tanto le puede afectar realizarse un tatuaje”.
Todo tiene que estar esterilizado o para poder trabajar. Las mesas de trabajo deben estar forradas de hule para cocina a fin de evitar un contagio en el material. Las agujas especiales tienes que ser abiertas enfrente del cliente y los tubos que llevan la tinta esterilizados y en su empaque especial.
Todo está listo y ahora el área a trabajar debe limpiarse. La piel misma se vuelve un lienzo y el tatuador el mejor pintor. Mara explica que hay tatuajes que se llevan 15 minutos y otros varias sesiones: “lo más que me he llevado en un tatuaje son siete sesiones y no lo he terminado, pero ahí la llevamos”, asevera.
Los costos de los tatuajes pueden variar, por lo regular, los más económicos son de 400 pesos en un lugar establecido que cumpla con los requerimientos de sanidad. Los precios pueden llegar hasta los mil pesos por sesión; algo frecuente también son los tatuajes que oscilan entre los dos o tres mil pesos.
Tras una o varias horas, el tatuaje queda listo y es momento de poner “vitamina E” en el área para humectar y favorecer la cicatrización; luego se tapa con hule de cocina por un lapso de hasta tres horas con la finalidad de evitar contraer infecciones, pelusas o echar a perder el dibujo.
A su salida del estudio, al cliente se le da una hoja de cuidados cuyas principales recomendaciones consisten en lavar con agua fría el tatuaje, evitar la exposición directa por mucho tiempo del dibujo al sol, no arrancarse las escamas que saldrán en la zona y aplicar una vitamina especial por cinco días.
Y ahora, el dibujo será para siempre.
Qué dice Salud
De acuerdo a la Comisión de Prevención de Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud, en la capital potosina existen sólo 28 establecimientos que cumplen con las normativas para poder hacer perforaciones y tatuajes.
Durante una entrevista, Roberto Ávalos Carvajal, titular de esa instancia de salud, señaló que es común que se encuentren lugares ambulantes que por razones obvias no cumplen con las especificaciones clínicas como el estar en un lugar amplio y ventilado, tener las unidades de esterilización, contenedores especiales para el desecho de las agujas y los permisos de operación.
“Cuando detectamos un lugar que no opera como debería entonces les hacemos un llamado para que se regularicen y cumplan con los requerimientos sanitarios”, señala.
Respecto a puestos ambulantes que llevan a cabo esta actividad, dice que suelen encontrarse uno o dos en algunas rutas de mercados sobre ruedas, sin embargo el número es variable y por ello se envían inspectores para evitar cualquier situación fuera de lugar.
Finalmente, en cuando a quejas, las más usuales que reciben son por reacciones secundarias, aunque hasta el momento no se han presentado por contagios de VIH/ Sida, Hepatitis o alguna otra enfermedad.
Las recomendaciones que expresan el sector salud a la hora de realizarse un tatuaje consisten verificar que el establecimiento sea amplio y ventilado, que cuente con los permisos de operación a la vista, que el tatuador utilice guantes y que el equipo se extraiga de los empaques limpio y nuevo enfrente del cliente.