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Consecuencias de tener vecinos ruidosos

Paulina Bárcenas
Plano Informativo | 01/06/2011 |

Es habitual que tras un arduo día de trabajo el más grande anhelo es llegar a casa y poder descansar, estirar el cuerpo y echarse de lleno en los brazos de Morfeo, recuperar las fuerzas para un siguiente día lleno de mil actividades; sin embargo nunca falta – y desgraciadamente no faltará- el simpático vecino que vive con el espíritu de fiesta y convierte a la cuadra en un antro clandestino.

Todos en algún momento hemos sido víctimas o victimarios de esta situación, estruendosa música contrastante  con el silencio de la noche que rompe de lleno con la tranquilidad del sueño, obviamente el de aquellos que entienden que los días se hicieron para trabajar y las noches para dormir.

El desasociado pachanguero y la gente que  necesita descansar, el que se acaba de dormir cuando los demás ya van saliendo a trabajar, el que sencillamente no entiende la importancia de la moderación del ruido. ¿Le ha pasado?.

Quizá su problema con los vecinos ruidosos sea de día y de noche, tal vez le toco vivir al lado de un establecimiento que genera una fuente importante de ruido o simplemente tuvo la mala suerte de mudarse  cerca de una pareja que todos los días y las noches discute sin parar.

Sea cual sea el caso, los efectos secundarios seguramente no le van a agradar, ¿sabía usted que el daño que causan los vecinos ruidosos puede ir más allá de una mala noche? Desgraciadamente así es.

De acuerdo a información de la Organización Mundial de la Salud, las consecuencias por estar expuesto a grandes cantidades de ruido pueden ir desde un trastorno de sueño hasta la irreversible pérdida del sentido del oído.

En su tabulador, la OMS establece que si afuera de su hogar existe una fuente de sonido que genere entre 50 y 55 decibeles – transporte de vehículos, gente pasando o la oferta de algún producto-  por una exposición promedio de 16 horas usted puede sufrir fuertes dolores de cabeza y sensación de enfado.

Al exponerse a una fuente de 60 decibeles, usted puede comenzar a tener perturbación de la tranquilidad. Cuando ya se expone a 70 – zonas altamente comerciales y transitadas o algunas fábricas -ya comienza a sufrir daños irreversibles en el oído.

En un bar el sonido promedio es de 100 decibeles, lo cual sin duda alguna al poco tiempo le puede dejar sordo. Pero esto no es todo, la exposición constante a fuentes emisoras de ruido le podrá generar estrés y males cardiovasculares, en algunos casos la muerte.

La OMS estableció el nivel de 50 decibeles como el suficiente para escuchar bien y no generar daños a uno mismo ni a los demás. En San Luis Potosí los límites establecidos – aunque no legislados localmente- son de 65 decibeles durante el día y 60 en la noche según la norma federal NOM-041.

Un vecino incomodo, por lo regular puede llagar a sobrepasar los 100 si sus aparatos de sonido son muy potentes, cantidad suficiente para hacer vibrar los vidrios de las casas vecinas, 120 decibeles bastan para que en cuestión de minutos alguien comience a experimentar una sensación de dolor en el oído.

Victimas del escándalo

Mario Alberto Favela trabajaba en un despacho contable, diariamente sus vecinos discutían toda la noche “cuando no era el señor pegándole a la señora, era la música súper alta porque estaba tomando o cuando no, eran los niños llorando muy fuerte. Todos los días era eso”, en varias ocasiones les llegó a comentar que el ruido le molestaba a él y a su familia, pero nunca le hicieron caso.

La deuda de horas de sueño gracias a sus vecinos se fue acumulando, al grado que en dos ocasiones estuvo a punto de chocar, sin embargo lo que le llevo a optar por mudarse de su casa –que es propia- fue haber perdido su trabajo a consecuencia de las llegadas tarde y a que en una ocasión se quedó dormido durante su jornada laboral.

Estela Quiroz todos los días está enojada, si alguien le habla usualmente contesta de muy mala gana. Su estrés es evidente debido a la falta de descanso, ella tiene un vecino muy escandaloso que casi a diario pone la música a un volumen bastante alto “La verdad es que si me siento muy de malas en algunas ocasiones, sé que puede ser porque no duermo bien, pero no puedo hacer nada, el ruido está siempre”.

Lo peor de su mal humor es que ha llegado al grado de golpear a sus hijos debido a los niveles de histeria que le provocan “las lunadas” del vecino.

Como estos casos existen infinidad, los cuales pueden llegar a sentir desesperanza como consecuencia de las actitudes inhumanas de los vecinos ruidosos.

¿Y la Ley?

De acuerdo a la diputada por el Verde Ecologista, Yvett Salazar, de nada sirve que se hagan mil legislaciones que sancionen a las fuentes emisoras de ruidos excesivos cuando lo que no existe es un respeto ciudadano y un espíritu de sana convivencia.

Aunque a nivel estado no existe un marco legal que proponga sanciones realmente duras para los escandalosos, si existen normas federales en las cuales se pueden amparar los afectados.

La legisladora hizo un llamado para quienes gustan de escuchar música en altos volúmenes a que cuiden de su propia salud, la de sus vecinos y la del ambiente.

En el Bando de Policía y Buen Gobierno, si está establecido como falta que se generen ruidos muy fuertes que incomoden o expongan la salud de la ciudadanía. De acuerdo a

Griselda Portillo Arellano, coordinadora del departamento de Justicia Civil de la DGSPM, la población está en plena libertad de solicitar el apoyo de las autoridades para solicitar a un vecino escandaloso “que le baje”.

Aunque no se pueden llevar al sujeto, si se le informa que el ruido que está siendo generado molesta a los demás. Tras un reporte, si quien denunció esta conducta lo desea, se establece una cita de conciliación con un Juez Calificador, en donde se le obliga al ruidoso a comprometerse para moderar esta conducta.

De acuerdo a la entrevistada, es muy alto el nivel de personas que una vez que vieron que la autoridad les llamó la atención deciden bajarle el volumen  su escándalo.

Un dato muy curioso es que por lo regular, los ruidosos son los que rentan casa.

Si usted es un vecino incomodo, puede ayudar en mucho a su salud mental y física si logra entender los efectos negativos del ruido en grandes cantidades y le baja a la fiesta; si es la victima colateral de alguien ruidoso usted no se quede en  silencio, puede hablar con esa persona – siempre y cuando no se trate de alguien conflictivo-  y pedirle de forma muy amable que cese su escándalo, de lo contrario puede llamar a la autoridad competente para que le apoye.