¿Y si gana Hank?

El repunte de Jorge Hank Rhon en las encuestas que, a 10 días de los comicios en Baja California lo coloca prácticamente empatado con el pansita José Guadalupe Osuna, sólo puede tener dos lecturas inmediatas: o fue el efecto de los millonarios recursos que le inyectó a la última parte de su campaña, o el polémico candidato del PRI terminó convertido en "víctima" por el aparato panista del gobierno estatal que buscó eliminarlo con recursos legales y campañas sucias.

El caso es que, con todo en contra, salvo el poder de sus millones, Jorge Hank está a punto de desmentir afirmaciones y sentencias que, lo  mismo en Los Pinos que en círculos diplomáticos o en su propio partido, aseguraban que no había manera de que un personaje tan turbio y polémico ganara la elección de gobernador de Baja California el próximo 5 de agosto.

Falta todavía ver si en la recta final y en el decisivo día de votaciones, el empresario metido a político puede derrotar al aparato oficial que, ante la amenaza de que Hank termine con el dominio panista de 18 años en el estado, se volcó, sin ningún recato, en los últimos días y con recursos públicos a favor del candidato de Acción Nacional.

Por lo pronto, es un hecho  que en el último mes y a pesar de la maniobra jurídico-política ideada por el PAN e instrumentada por el Tribunal Estatal Electoral, que lo sacó 15 días de la campaña, no funcionó. Al contrario, las encuestas publicadas ayer mostraron que los siete puntos de ventaja que sacaba Osuna a Hank en junio se esfumaron ante el avance logrado por el priísta, que alcanzó a su contendiente.

La pregunta que muchos se hacen ahora es qué pasará si el siniestro personaje se convierte en gobernador. ¿Cómo sería la relación del gobierno de Felipe Calderón con un mandatario local al que algunos operadores cercanos del Presidente habían sentenciado que no llegaría a la gubernatura? ¿Cuál sería el costo político de que el PAN pierda la segunda gubernatura en el joven sexenio calderonista?

En el PRI tendría también consecuencias un triunfo de Hank. Por encima de lo positivo que pudiera ser para el viejo partido recuperar, 18 años después, la primera gubernatura que perdió en una elección, en 1989, y que marcó el inicio del ascenso del PAN al poder, un amplio sector de priístas considera que hacer gobernador a un personaje como Jorge Hank tendrá un costo negativo porque echaría por tierra cualquier discurso de renovación y cambio en el PRI, con miras a la sucesión presidencial del 2012.

Y en esa adelantada disputa sucesoria, que ya muchos ven en el priísmo entre los dos principales prospectos, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto, la posible victoria en Baja California también tendría repercusiones. Son conocidos los nexos de Hank con Beltrones y la relación entre ambos no está claro si sería un activo para el sonorense, por la vía del apoyo financiero, o si sería un lastre porque asociaría a Manlio con la cara más impresentable y vergonzante del PRI.

Con Peña Nieto es claro que a pesar del paisanaje del apellido, Jorge no tendría una buena relación, sobre todo después de que fue el actual gobernador, junto con su antecesor Arturo Montiel, quien aplastó las aspiraciones de su hermano Carlos a la gubernatura mexiquense.

Fuera de la política doméstica, un probable triunfo de Hank Rhon tendría, incluso, repercusiones en la compleja relación con  Estados Unidos. Porque en Washington, particularmente en la DEA, no deja de provocar "inquietud" que la entidad que tiene la frontera más transitada e importante con México, sea gobernada por un personaje cuya actividad empresarial ha sido por lo menos  "sospechosa" y cuya figura se relacionó, dicen los estadounidenses, con integrantes del cártel de los Arellano Félix.

Así que en el final de fotografía que se ve en los comicios de Baja California, quedan 10 días para saber si Hank derrota al aparato panista o si, con un expediente judicial de última hora, como ya lo hicieron en Jalisco, hacen que se cumpla la sentencia que hace un mes se le oyó a uno de los hombres más influyentes de Los Pinos: "No va a llegar a la gubernatura".