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16:03 Minimizan riesgo en planta nuclear en Japón

El Universal | 15/03/2011 |

Los riesgos de las explosiones registradas en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, en Japón, después del terremoto y tsunami que azotó a el país asiático no pueden compararse con el accidente nuclear de 1986 en Chernobyl y mucho menos con la explosión de una bomba atómica pues no se ha visto comprometida la integridad del combustible nuclear, afirmó Benjamín Ruiz Loyola, académico de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.

"Hasta el momento, las posibilidades de que aumente la presión y el calor hasta el grado de derretir los muros de concreto donde se resguarda el combustible, y que éste se disperse al ambiente, como ocurrió en el accidente nuclear de 1986 en Chernobyl, Ucrania, son bajas", sostuvo el académico.

Benjamín Ruiz aclaró que las explosiones registradas hasta ahora han sido en edificios de contención, no en el corazón del reactor. Es como si estuviera guardado en una caja dentro de otra, y se destruyera la de afuera; aún así, sigue protegido.

El experto opinó que se toman las precauciones para que, en caso de una fuga de mayor importancia, los daños a la salud sean menores, aunque Greenpeace aseguró que los elementos radioactivos permanecerían en la cadena alimenticia por 300 años.

"Si el poco material radioactivo que se ha fugado ha sido arrastrado por los vientos hacia el mar, podríamos encontrar cardúmenes de peces contaminados; por ello, debe haber un seguimiento, pero no alarmarse de más", reiteró.

Ruiz Loyola dijo que se debe monitorear la fuga de material, pues si se funden las llamadas "lentejas" de combustible, algunas partes podrían ser arrastradas por el vapor que sale para aliviar la presión.

"Posiblemente eso ha dado lugar a que se tenga radiación cerca de la planta. En un momento determinado, se incrementó la radioactividad, pero después se diluyó arrastrada por el viento. Fue una cantidad tan pequeña que rápidamente se dispersó. No obstante, sí pudo causar afectaciones en personas expuestas.

"Se ha dicho que llegó a existir mil veces la cantidad permitida de radiación, pero es exagerado. Sí se ha detectado un aumento de la radiación en los alrededores de las plantas, pero se dejó de registrar porque se dispersó", consideró quien fuera inspector de armas químicas de la Organización de las Naciones Unidas en Irak.

Por ahora debemos estar atentos, pero no debe cundir el pánico, sostuvo el experto.

¿Qué ocurre en la planta?

En un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el químico explicó que en la planta de Fukushima se ha visto un sobrecalentamiento debido a la falla de los sistemas de enfriamiento, derivada de la falta de energía eléctrica.

Existen sistemas de respaldo y líneas externas de suministro, pero el sismo y el tsunami fueron tan devastadores, que todo ha tenido averías, y los equipos portátiles utilizados no han sido suficientes.

En una central nuclear como la de Fukushima -que tiene dos complejos, uno, con seis reactores, y otro, con cuatro-, se calienta agua con el combustible nuclear para convertirla en vapor, que pasa a través de tuberías para que mueva una turbina conectada a un generador, donde se produce la energía eléctrica, explicó Ruiz Loyola.

Tras ese proceso, el vapor se condensa y enfría para hacerlo líquido y así vuelva a comenzar el ciclo. Si fallan los sistemas de enfriamiento, el agua sigue en estado de vapor y aumenta la presión, como en una olla exprés.

Pero, aclaró, en ningún reactor del mundo donde haya un accidente se podría registrar una explosión similar a la de una bomba atómica.

"Para ello, se requiere una masa crítica o compactar el combustible nuclear, uranio por ejemplo, y que éste sea enriquecido por arriba de 92%; en cambio, una central nucleoeléctrica trabaja con material enriquecido al ocho ó 10%", explicó el científico.

¿Situación de emergencia?

El académico de la Facultad de Química dijo que a los afectados se les mide la cantidad de radiación que hayan podido absorber y se procede a descontaminarlos, aunque reconoció, en el futuro sí podrían presentar problemas de salud.

"El yodo radioactivo se incorpora rápidamente a la cadena metabólica, llega a la tiroides y puede derivar en cáncer; para prevenir daños se distribuye yodo entre la población más cercana a las centrales", dijo Ruiz Loyola.

Además señaló que la evacuación en un radio de 20 kilómetros a la redonda de la planta de Fukushima no implica que sea inminente un accidente, sino que es una estrategia para garantizar la salud de las personas y prevenir que pudiera ocurrir una situación más grave.

Por el momento, sigue el nivel 4 de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicas, es decir, de accidente mediano con consecuencias locales; a pesar de los comentarios de autoridades francesas que insisten en que el nivel debe ser más alto, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) no se ha manifestado en contra de la clasificación japonesa.