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El Universal | 14/03/2011 |
Si la emergencia nuclear en Japón se agrava, México no sería ajeno de sufrir de manera indirecta los efectos de la catástrofe, consideró Epifanio Cruz, especialista del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien señaló que las plantas siniestradas en el país asiático tienen el potencial de afectar al hemisferio en caso de una fuga radioactiva.
El también coordinador de la Unidad de Irradiación y Seguridad Radiológica de esa institución, dio que si bien hasta el momento han funcionado todos los protocolos de seguridad en Japón, un reactor nuclear es un sistema inestable en el que la situación puede variar de un momento a otro.
Indicó que las plantas siniestradas en Japón, aunque son pequeñas, tienen varios reactores por lo que de agudizarse la situación el radio potencial de impacto regional sería unos 20 kilómetros, pero la liberación radiológica sería impredecible porque se puede combinar con factores atmosféricos, como el viento, que puede arrastrar la contaminación a cualquier parte del mundo.
En este escenario, el experto universitario consideró difícil aislarse del fenómeno porque las fronteras en estos casos no operan, aunque insistió que México debe darle un seguimiento puntual a esta emergencia, aprender de la situación e informarse cómo está sucediendo, para ver qué podamos aprender.
Incluso, el físico nuclear recordó que México sufrió de manera indirecta con el accidente de Chernobyl, en Ucracia, luego de que por un error administrativo se importaron de Europa millones de unidades de leche en polvo contaminada.
No obstante, Epifanio Cruz insistió que por los datos que está emitiendo el gobierno japonés y la Asociación Internacional de Energía Nuclear hacen pensar que los núcleos de los reactores no se han fundido, aún cuando pudieran haber ocurrido fisuras en la vasija que alberga el material nuclear.
Resaltó que Japón, que es una potencia nuclear con esquemas de seguridad bien estandarizados, ha aplicado el protocolo para estos casos al tratar de evitar los puntos de fundición al enfriar el reactor con agua de mar y con ácido bórico elemento muy eficaz de capturar neutrones lo que disminuir la temperatura del núcleo.
También subrayó el hecho de las medidas de protección civil aplicadas por Japón al ordenar la evacuación de millones de personas en la zona potencial de impacto y al suministrarle a la población civil tabletas inertes de yodo, que contrarrestarían la asimilación al organismo del yodo radioactivo que pudiera haberse liberado con las explosiones e hidrógeno en las plantas.
No obstante, recordó que en estos accidentes es imposible controlar todos los parámetros y que ningún experto puede evaluar con exactitud lo que pueda ocurrir ya que los reactores nucleares tienen una naturaleza inestable que puede variar de un momento a otro.
