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La NFL: ambición contra ambición

El Universal | 05/03/2011 |

Con toda la controversia suscitada recientemente por la interminable negociación entre jugadores y dueños por encontrar un punto de equilibrio en cuanto al reparto de los ingresos que genera una de las ligas más redituables del mundo, yo honestamente aún no me decido por quién tomar partido y no creo poder hacerlo esta vez.

Primero que nada tenemos que entender la razón del pleito. El negocio de la NFL tiene ingresos en promedio 9 mil millones de dólares al año, que grosso modo se distribuyen de la siguiente manera: se le da una partida de mil millones a los dueños para hacer crecer la NFL, y el resto se repartía 43% dueños y 57% jugadores. La petición principal de los jugadores es que su porcentaje aumente y la de los dueños que su partida anual (la de mil millones) también aumente. En resumen, ambición contra ambición.

Empecemos con los dueños: los dividendos que se reparten y que corresponden al 43% de las utilidades de la NFL son una gran rebanada del pastel, misma que están dispuestos a defender a capa y espada, finalmente no deja de ser un negocio y ellos han sido quienes en su momento tomaron el riesgo, hicieron inversiones y son quienes tendrían que afrontar económicamente cualquier situación (poco probable) que pusiera en riesgo a su equipo. Lo que no es justificable (y no entiendo su necedad por no esclarecerlo) es la petición de los mil millones de dólares adicionales que solicitan, lo que significa duplicar su presupuesto para promoción(o para quién sabe que). Ante la negativa por parte de los jugadores ellos plantean la solución de que para que nadie reciba menos dividendos hay que generar más ingresos (como buenos empresarios) y para conseguirlo plantean la idea de incrementar el número de jornadas con dos partidos más, lo que significaría generar entre derechos de tv, entradas y demás la cantidad estimada de mil millones de dólares.

Por otro lado están los jugadores, quienes al saber que son el motor que mueve la liga han utilizado a sus tres mejores fichas; Peyton Manning, Tom Brady y Drew Brees para comandar la batalla. Sus pretensiones consisten en solicitar a detalle una explicación de la partida adicional que están solicitando los dueños (algo muy lógico), pero su principal interés es que ese 57% que les corresponde aumente considerablemente y que tengan más garantías, más beneficios, en resumen más dinero. Estoy de acuerdo en que cada quien pelee por sus intereses, pero esto se me hace demasiado: Poner en riesgo la temporada (valiéndoles gorro sus seguidores) por ganar más, siendo que la NFL tiene en promedio uno de los mejores sueldos del mundo para sus jugadores. No creo que Peyton Manning necesite más de los 100 mdd que acaba de renegociar, ni tampoco creo que los novatos que aún no han demostrado nada tengan por “lo que pueden llegar a ser” sueldos de atletas consumados, esto ha generado que muchos de ellos simplemente hayan sucumbido ante los encantos del dinero y se hayan olvidado de qué es lo que los llevó hasta ahí.

Hoy no puedo estar de acuerdo con ninguno de los dos, porque simple y sencillamente es una faceta triste ver cómo la ambición puede acabar incluso con la liga. Dónde está la vocación, dónde están las ganas de hacer algo bueno por la sociedad. Por qué no pelean por dar un buen porcentaje de las ganancias a fundaciones de educación para niños, o centros de rehabilitación, o qué sé yo, algo más digno que solamente seguir llenando sus bolsillos. El próximo viernes conoceremos al vencedor, pero para mí, con lo que ha pasado, todos han perdido algo ya.