El Papa León XIV impartió la solemne bendición “Urbi et Orbi” ( A la Ciudad de Roma y al mundo), en una ceremonia que congregó una multitud de fieles en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Decenas de miles de peregrinos desafiaron la intensa lluvia que caía sobre la Plaza de San Pedro, desde donde siguieron emocionados el discurso del Obispo de Roma.
La ceremonia comenzó con el saludo de los carabinieri, el cuerpo policial de Italia y la entonación de los himnos del Vaticano e Italia interpretados por la banda de los carabinieri.
Desde el balcón central de la basílica de San Pedro, León XIV extendió un mensaje de paz y esperanza para toda la humanidad.
Envió un saludo especial a los cristianos que viven en Medio Oriente
También pidió justicia, estabilidad y que cesara el estruendo de las armas en Ucrania. “Jesucristo es nuestra paz, porque nos libera del pecado, nos indica el camino a seguir para superar los conflictos interpersonales e internacionales, dijo el papa, que añadió: “A él imploramos justicia, paz y estabilidad para el Líbano, Israel, Palestina y Siria. Al niño de Belén le imploramos paz y consuelo para las víctimas de todas las guerras que se libran en el mundo, especialmente las ya olvidadas. El nacimiento del Señor es el nacimiento de la paz. A todos les deseo una navidad serena”, manifestó León XIV.
Al término de su alocución y antes de la bendición “Urbi et Orbi” , el pontífice felicitó la Navidad en numerosos idiomas, incluido el chino, el árabe y el latín.
Su discurso fue muy aplaudido por las miles de personas , de todas las condiciones, procedentes de todo el mundo que estuvieron presentes en esta tradicional cita litúrgica, que por primer vez presidió León XIV.