Después de años de lucha judicial en España y Europa, Javier Santos ha decidido dar por terminada su batalla legal para ser reconocido como hijo del cantante Julio Iglesias. Su último intento de acudir a la justicia estadounidense se frustró, y el propio Santos ha enviado un mensaje emotivo y de perdón al icónico artista.
La causa de Javier, que buscaba el reconocimiento legal como hijo de Julio, pasó primero por la Audiencia Provincial de Valencia, que rechazó reabrir el caso al considerarlo cosa juzgada, luego por el Tribunal Constitucional y finalmente por el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, agotando todas las vías legales disponibles en Europa.
Incluso se esperaba una posible intervención de la ONU, pero Santos decidió intentar un último recurso en Estados Unidos a principios de diciembre, contactando con varios bufetes norteamericanos.
"El objetivo nunca fue el dinero, solo la dignidad", explicó Santos en su reaparición en el programa Fiesta. "Estaría dispuesto a firmar cualquier documento renunciando expresamente a la herencia de mi padre, solo quiero poder decir que Julio Iglesias es mi padre".
Sin embargo, la demanda estadounidense no se presentará finalmente. Javier explicó que su edad y los altos costos legales lo obligaron a renunciar a este último recurso.
"Quería agotar esa última oportunidad. Quería conocer a mi padre. Le pido perdón si le he hecho daño en algún momento nunca fue mi intención. Si algún día quiere hablar conmigo, aquí estoy disponible.
"Cuando pienso en él siento tristeza porque le admiro tanto me encantaría conocerle. Pienso mucho en la muerte de mi padre y me gustaría conocerle antes", dijo Javier.
Y concluyó su despedida con un gesto de respeto y comprensión: "Papá, no voy a seguir. Que los años de vida que le queden, que espero que sean muchos, esté tranquilo, que no le voy a molestar más".
El mensaje se ha repetido a su salida de Fiesta, asegurando que aún le gustaría que todo se solucionara y poder entablar relación con sus hermanos, cerrando un capítulo legal doloroso pero marcado por la búsqueda de un vínculo perdido.
