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De la euforia al fraude: viaje para ver a Bad Bunny terminó en estafa

La agencia que se promociona en redes sociales como Tour Mex quedó bajo la lupa tras incumplir un paquete turístico

San Luis Potosí, SLP.- Lo que comenzó como la promesa de una experiencia inolvidable para decenas de seguidores de Bad Bunny terminó convertido en un caso de presunto fraude que hoy amenaza con llegar a instancias legales. La agencia que se promociona en redes sociales como Tour Mex quedó bajo la lupa tras incumplir un paquete turístico que incluía transporte y boletos para el concierto del cantante en la Ciudad de México.
 
Desde mayo de este año, los afectados realizaron acuerdos y entregaron anticipos confiando en la oferta difundida por la supuesta agencia de turismo. Durante meses, todo parecía marchar con normalidad, hasta que, a solo dos días del evento en el Estadio GNP, la comunicación se rompió de manera abrupta. Llamadas ignoradas, mensajes sin respuesta y evasivas marcaron el inicio del desencanto.
 
Ante la presión de los clientes y las advertencias de acudir a instancias como la PROFECO, el representante de Tour Mex terminó por admitir que el viaje nunca se concretaría. La explicación fue vaga, pero el daño ya estaba hecho: permisos laborales solicitados, traslados desde otros municipios, dinero prestado para viáticos y una ilusión truncada a horas del concierto.
 
Aunque el responsable prometió devolver los anticipos, las víctimas señalaron que el dinero fue utilizado durante meses sin rendir cuentas ni generar ningún tipo de compensación, lo que agravó el sentimiento de engaño. Para muchos, no se trató solo de una falla comercial, sino de un aprovechamiento deliberado de la confianza.
 
Ahora, los afectados se organizan para presentar denuncias colectivas y evitar que más personas caigan en una situación similar. Aseguran que no es la primera vez que Tour Mex incurre en este tipo de prácticas, por lo que solicitarán a las autoridades revisar si la empresa opera legalmente, si sus contratos están debidamente registrados, si incurre en reventa de boletos y si cumple con obligaciones fiscales.
 
El caso abre nuevamente el debate sobre la vulnerabilidad de los consumidores frente a negocios que se promueven en redes sociales sin una regulación clara, y deja una lección amarga, en la era digital, la confianza también puede convertirse en un riesgo.
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