San Luis Potosí, SLP.- Cuando las luces se apagan y las fiestas decembrinas llegan a su fin, los pinos naturales comienzan una segunda etapa que puede marcar la diferencia para el medio ambiente o convertirse en un problema urbano. Por ello, el Ayuntamiento de San Luis Potosí reforzará el llamado a la ciudadanía para que estos árboles no terminen abandonados en calles, baldíos o banquetas.
El director de Servicios Municipales, Christian Azuara, advirtió que los pinos navideños son considerados desechos una vez concluidas las celebraciones, por lo que dejarlos en sitios no autorizados puede derivar en sanciones. Para evitarlo, explicó que se mantiene un operativo especial de vigilancia y recolección en coordinación con la Dirección de Ecología y la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
El funcionario subrayó que este año se conservarán siete puntos de acopio, una estrategia ya conocida por la población, aunque reiteró que el vivero ubicado en el camino a la Presa de San José es el principal centro de recepción. Ahí, dijo, deben llevarse directamente los árboles naturales una vez que dejan de utilizarse en los hogares.
Más allá del orden urbano, Azuara destacó el impacto ambiental positivo de esta acción. Todos los pinos recolectados en la capital son trasladados a dicho vivero, donde se trituran y se mezclan con tierra y lama, un proceso que permite generar alrededor de 33 mil plantas al año, las cuales se destinan a labores de reforestación y cuidado del entorno.
Para esta temporada, se prevé un incremento en la cantidad de árboles recolectados, debido al aumento en la venta de pinos naturales respecto al año pasado. Sin embargo, el titular de Servicios Municipales aclaró que las cifras oficiales se conocerán hasta entre mediados de enero y finales de febrero.
Finalmente, informó que el periodo de recepción de pinos se extenderá hasta finales de enero, ya que aún en esas fechas la ciudadanía continúa entregando sus árboles. Posteriormente, entre enero y febrero, se realizará el retiro final, quedando de manera permanente como punto fijo el vivero del camino a la presa.
Así, lo que fue símbolo de Navidad puede transformarse en nuevas áreas verdes, siempre y cuando la ciudadanía haga su parte y lleve su pino al lugar correcto.