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Encienden la batalla: llega Avatar: Fuego y Cenizas

En pleno trance de cambios emocionales, la tribu protagonista del filme, que costó alrededor de 300 millones de dólares, debe enfrentarse al clan Mangkwan

Con Avatar: Fuego y Cenizas no todo está visto ni dicho, ya que el filme de James Cameron tiene tantas capas y lecturas que Sigourney Weaver afirma que hay que verla más de una vez.

"Van tres veces que veo el filme, con la de la premier aquí en Ciudad de México fueron cuatro. Vine con mi hija (Charlotte) y su esposo, disfrutamos por completo la experiencia.

"La vuelvo a ver porque en cada proyección encuentro algo distinto, otro detalle, otra capa emocional; es una virtud de esta historia, que me acerca a algo más profundo y con otras vistas. Por eso creo que es importante ponerle atención no una, sino varias veces", contó Weaver en entrevista.

Esta es la tercera entrega de la saga concebida por Cameron, que desde hoy tiene funciones en el País. La ruta comenzó con Avatar (2009) y siguió con El Camino del Agua (2022). La saga continuará en 2029 y 2031.

La historia esta vez, que dura poco más de tres horas, inicia casi un año después de que la tribu Metkayina se asentó en tierra firme y con la familia de Jake Sully (Sam Worthington) y Neytiri (Zoe Saldaña) aún con el duelo por la muerte de su amado Neteyam (Jamie Flatters). 

En pleno trance de cambios emocionales, la tribu protagonista del filme, que costó alrededor de 300 millones de dólares, debe enfrentarse al clan Mangkwan.

Esta etnia, conocida como el Pueblo de las Cenizas, está liderada por Varang (Oona Chaplin), quien simboliza la antítesis de la bondad y misericordia. Ella es la que genera el desastre entre comunidades.

"Es mucho más fácil pintar a alguien que es diferente, como villano, la gente habla de los woke, de los malos, pero cada quien lo ve como un señalamiento, es más fácil señalar con el dedo que va hacia afuera, pero no con los que van hacia adentro.

"Es una gran oportunidad con Varang, con esta película en general y con los paralelismos que tiene con Neytiri, tener un poco más de compasión, usar más la imaginación y comprenderla un poco más, aunque sí es verdad que es la mala", reflexionó Chaplin.

Varang, ente femenino cegado por el deseo de poder y control sobre todos los universos alrededor de Pandora, establece una alianza con el archienemigo de Jake, el Coronel Miles Quaritch (Stephen Lang), quien usa como señuelos de combate y venganza a Spider (Jack Champion) y Lo'ak (Britain Dalton).

En Avatar: Fuego y Cenizas también desfilan en la lista de intervenciones Kate Winslet como Ronal y Cliff Curtis como Tonowari, así como "los humanos" Parker Selfridge (Giovanni Ribisi), Frances Ardmore (Edie Falco), Mick Scoresby (Brendan Cowell), Norm Spellman (Joel David Moore) y Ian Garvin (Jemaine Clement).

Las dos tribus que entran en combate, con los humanos como comunidad intermedia y principal amenaza para ambas muestran paralelismos que vive la sociedad actual en cuanto a destrucción y desvinculación con la realidad, señalaron Sigourney y Oona.

"Es una historia que te acerca al pensamiento del sufrimiento masivo, del duelo, de la destrucción social, del desinterés por el entorno. Hay muchísimas maneras de asimilar el pensamiento de la película: reconocernos como responsables de donde vivimos", indicó Weaver, de 76 años.

"Cada día vemos la destrucción de la naturaleza, hay una falta de cuidado que se refleja en nuestra vida, con las relaciones, en los casamientos, en la familia, con el cuidado de los viejos, de los ancianos, con nuestro propio cuerpo, cómo nos cuidamos. Hemos perdido la relación sagrada con la vida, es lo que nos muestra Avatar", concluyó Chaplin, de 39 años y nieta del legendario Charles Chaplin.

 
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