Volkswagen pondrá fin a la producción de vehículos en su fábrica de Dresde -siendo la primera vez en sus 88 años de historia que el fabricante cierra una planta en su país de origen- ante la debilidad de la demanda y los severos aranceles estadounidenses que presionan al gigante automovilístico alemán, reportó The New York Post.
El último vehículo salió de la línea de producción este martes en la planta de Dresde, conocida como la "Fábrica Transparente" por su diseño de paredes de cristal, poniendo fin a 24 años de producción que comenzaron en 2001.
Volkswagen advirtió el año pasado que se avecinaban recortes de producción debido a la caída de las ventas en Europa y China y a que los aranceles perjudicaron los resultados en Estados Unidos, uno de sus mercados de exportación más importantes.
El fabricante de automóviles dijo que las instalaciones de Dresde se convertirán en un centro de investigación tecnológica enfocado en inteligencia artificial, robótica y diseño de chips, poniendo fin a su papel como sitio de ensamblaje de vehículos.
"No tomamos a la ligera la decisión de finalizar la producción de vehículos en la Fábrica Transparente después de más de 20 años", dijo el director general de la marca Volkswagen, Thomas Schäfer, en un comunicado.
Sin embargo, desde una perspectiva económica, era absolutamente necesario.
Volkswagen afirmó haber llegado a un acuerdo con su comité de empresa que abarca a los 230 empleados restantes de la planta.
Se ofrecerán indemnizaciones por despido, opciones de jubilación anticipada o traslados a otras instalaciones de la empresa en Alemania.
La fábrica de Dresde ha producido varios de los modelos insignia de Volkswagen a lo largo de los años, comenzando con el sedán de lujo Phaeton, antes de pasar al e-Golf hatchback y, posteriormente, al vehículo eléctrico ID.3.
Los trabajadores de la fábrica firmaron el último coche fabricado en la planta -un ID.3 GTX eléctrico rojo-, que permanecerá en exhibición en la planta.
El cierre demuestra la creciente presión sobre el mayor fabricante de automóviles de Alemania, que ha lidiado con los altos costos de energía y mano de obra a nivel nacional mientras lidia con la turbulencia en sus mercados globales.
Volkswagen se ha visto particularmente afectado por los aranceles del Presidente Trump, a los que la compañía atribuye en parte una pérdida de mil 500 millones de dólares el trimestre pasado.
El fabricante de automóviles afirmó que se espera que los costos relacionados con los aranceles superen los 5 mil millones de dólares en los próximos 12 meses, un impacto que ha obligado a los ejecutivos a reevaluar la huella de producción y las inversiones futuras.
Las dificultades de Volkswagen reflejan la debilidad general de la economía alemana, que se contrajo en 2023 y 2024 y se ha mantenido estancada este año.
