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EU prohíbe 4000 libros; más de un tercio son de autores de origen latinoamericano

Libros de Gabriel García Márquez, Isabel Allende y Laura Esquivel están incluídos

La censura literaria en Estados Unidos ha alcanzado niveles sin precedentes, con casi 4,000 títulos prohibidos en 45 estados durante el último año académico, según un informe de la organización PEN América.
 
Entre los autores vetados figuran pilares de la literatura latinoamericana como Gabriel García Márquez, Isabel Allende y Laura Esquivel, en una campaña que, según denuncian las asociaciones de escritores y bibliotecarios, tiene como blanco principal la diversidad racial, étnica y de identidad de género.
 
El reporte titulado “La normalización de la prohibición de libros”, publicado recientemente, es contundente: “Nunca antes en la vida de ningún estadounidense se habían retirado sistemáticamente tantos libros de las bibliotecas escolares”.
 
La ola de vetos, impulsada por legislaciones y directivas estatales y federales, afecta desproporcionadamente a autores de color y temas LGBTQ+.
 
Los clásicos latinoamericanos en la lista de prohibidos
Entre los miles de títulos retirados de estantes escolares y sometidos a restricciones, destacan obras consagradas de la literatura en español:
 
Gabriel García Márquez: Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera.
Isabel Allende: La casa de los espíritus.
Laura Esquivel: Como agua para chocolate.
Autores chicanos: Bless Me, Ultima de Rudolfo Anaya y The House on Mango Street de Sandra Cisneros.
 
No ficción: Biografías de Frida Kahlo y Celia Cruz, y el libro de historia Una historia afroamericana y latina de los Estados Unidos, de Paul Ortiz.
Los motivos citados para las prohibiciones incluyen “referencias sexuales” o “críticas al capitalismo y al colonialismo”.
 
Los datos de PEN América y de la American Library Association (ALA) coinciden en que la censura no es aleatoria, sino que se enfoca en obras que representan a minorías:
 
Personajes de color: El 36% de todos los libros prohibidos presentan personajes o personas de color.
Temas LGBTQ+: Una cuarta parte de los títulos excluidos contiene personajes o temas de esta comunidad. Ejemplos notables son Aristóteles y Dante descubren los secretos del Universo de Benjamin Alire Sáenz y The Lesbiana’s Guide to Catholic School de Sonora Reyes, ambos autores de origen mexicano.
Cifras alarmantes: Solo entre julio de 2024 y junio de 2025, se registraron 6,870 incidentes de censura. Desde 2021, la cifra acumulada supera los 23,000 casos.
 
La campaña de censura se ha visto acelerada y legitimada por acciones políticas concretas
Florida, Texas y Tennessee, gobernados por republicanos, lideran las prohibiciones, seguidas por estados con gobiernos divididos como Pensilvania, Michigan y Minnesota.
 
La administración del presidente Donald Trump emitió órdenes ejecutivas como “Ending Radical Indoctrination in K-12 Schooling” y “Ending Radical And Wasteful Government DEI Programs”, las cuales han llevado al retiro de casi 600 libros de escuelas del Departamento de Defensa y bibliotecas federales como la Biblioteca Nimitz de la Academia Naval.
 
El informe de PEN América señala que “organizaciones conservadoras... han explotado los miedos y las ansiedades de los padres para ejercer control ideológico”, amenazando incluso con el retiro de fondos públicos a distritos escolares.
 
La American Library Association (ALA), en su reporte El estado de las bibliotecas estadounidenses 2025, documentó 821 intentos de censura en bibliotecas públicas solo en 2024, una cifra que duplica con creces los aproximadamente 300 intentos anuales comunes antes de 2020. Los libros más cuestionados en 2024 son, consistentemente, aquellos sobre identidad, como All Boys Aren’t Blue de George M. Johnson y Gender Queer de Maia Kobabe.
 
La prohibición de clásicos literarios que han dado voz a las experiencias latinoamericanas y de otras minorías marca un punto crítico sobre la libertad intelectual y el derecho a la representación en las aulas y bibliotecas de Estados Unidos, un fenómeno que las principales organizaciones defensoras de las letras califican de “sin precedentes” y “alarmantemente rápido”.
 
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