Cientos de miles de fieles llegaron a la Basílica, provenientes de diferentes localidades para mostrar su devoción a la Virgen de Guadalupe.
Peregrinaciones hicieron el viaje a pie. Una de ellas pasó dos días caminando desde Cholula antes de llegar al recinto. En ella viaja Geovanny, nieto de un adulto de 67 años que inició la tradición en 1988, pero que ya no puede asistir por temas de salud.
Gerardo carga la foto de Margarita, su madre fallecida hace dos años, avanza de rodillas por la Calzada Guadalupe, de su cuello cuelgan dos nopales; sostiene la imagen de la Virgen a quien le prometió visitarla para que lo cuide a él, a su madre y a su futura esposa.
Tiene 30 años, a los 12 empezó a hacer el viaje con su mamá desde Puebla a la Basílica, pero hace tres, cuando ella enfermó, dejó de asistir.
José Martín tiene 8 años, es el más pequeño de un grupo de 70 ciclistas que hizo la peregrinación por 13 horas desde Huamantla, Tlaxcala; en su camino de fe lo acompaña su padre, su madre y sus cuatro hermanos.
"Ya son 27 años viniendo, sí está pesado y peligroso el camino, pero nos cuidamos entre todos. Vamos a escuchar las mañanitas y mañana salimos de regreso", contó el padre del menor.
La familia de Gavina Valencia también tardó dos días en llegar a la Basílica desde el Municipio de Ozumba, Estado de México. Vinieron a dar gracias porque la salvó de una enfermedad, contó su hija, mientras Gavina entraba de rodillas a ver a la Virgen.
El camino a la Basílica está lleno de historias similares: Adriana reparte aguas; Erika, tacos de canasta, Javier, café, la familia López, tacos de carnitas.
"Les agradecemos que vengan de tan lejos a ver a la morenita", dijo doña Esther mientras repartía pan y galletas.
UNOS PIDEN... OTROS DAN
A sus 35 años, Blanca se abre paso entre cientos de pasos que apuntan a la Basílica; lleva la figura de la Virgen a la espalda y la petición de que su hermano salga de prisión y su hijo se libre de una enfermedad.
Su hija y amigos le colocan una cobija y una sudadera para amortiguar el golpe en las rodillas; lleva los ojos vendados porque, dice, así se hace menos pesado el camino.
Jesús Montalvo peregrina desde hace 18 años de Acolman a la Basílica. Hace tres años lo perdió todo en un negocio que no funcionó; este año tiene una petición a la Virgen, que lo cuide en su nuevo emprendimiento: "Vulcanizadora El Milagro".
Eloy, su esposa y sus nietos reparten refrescos a los viajeros que ingresan a la Ciudad por la Calzada Zaragoza.
En el pasado Eloy era peregrino, pero este año la diabetes le impidió realizar el viaje desde Nezahualcóyotl: es su forma de agradecer a quienes les hicieron menos pesado el camino y pedirles que lleven a la Virgen su deseo de tener buena salud.