Los directivos empresariales decidieron detener temporalmente sus planes en espera de mayor certidumbre respecto a la entrada en vigor de las tarifas entre México y Estados Unidos
Las empresas de manufactura, uno de los sectores centrales de la actividad económica en las distintas regiones del País, han pausado algunos de sus proyectos de relocalización debido a las amenazas arancelarias de Estados Unidos, señaló el Banco de México (Banxico).
De acuerdo con el Reporte sobre las Economías Regionales correspondiente a julio-septiembre de 2025, los directivos empresariales decidieron detener temporalmente sus planes en espera de mayor certidumbre respecto a la entrada en vigor de las tarifas y al avance de las negociaciones entre México y Estados Unidos.
"En la industria manufacturera persiste un comportamiento débil; mientras el norte y las regiones centrales habrían registrado una contracción, el sur sería la única región con expansión. Los directivos señalaron que la amenaza de nuevos aranceles llevó a pausar proyectos de relocalización hasta conocer los resultados de las negociaciones", explicó Josué Fernando Cortés, director de Análisis sobre Precios, Economía Regional e Información de Banxico.
Agregó que las empresas continuaron reportando afectaciones por los aranceles aplicados por Estados Unidos al acero y aluminio, los cuales han impactado mayoritariamente las exportaciones mexicanas de dichos productos.
El Banco Central detalló que, en la industria de productos minerales no metálicos, particularmente los fabricantes de envases de vidrio, la imposición de aranceles al aluminio ha impulsado la demanda de sus productos, al desincentivar el uso de envases de lata.
Respecto a los aranceles implementados por México a China, empresas del Norte, Centro Norte, Centro y Sur señalaron que las ventas de prendas de vestir, calzado, cosméticos, muebles, refacciones automotrices y juguetes de origen nacional se han visto beneficiadas por las medidas que encarecen productos similares importados del país asiático.
El entorno económico entre México y Estados Unidos se ha vuelto especialmente incierto debido a la creciente utilización de políticas arancelarias para proteger sectores estratégicos y presionar negociaciones comerciales.
En los últimos meses, Washington ha reiterado la posibilidad de ampliar tarifas a diversos bienes, mientras México ha respondido con ajustes propios en su política arancelaria, particularmente frente a importaciones asiáticas. Este escenario ha generado cautela en la inversión, tensiones en cadenas de suministro y una revisión constante de estrategias por parte de las empresas, en especial del sector manufacturero, altamente integrado al mercado estadounidense.
Además, la expectativa sobre la revisión del T-MEC en 2026 ha elevado la necesidad de certidumbre regulatoria y comercial, pues las compañías evalúan cuidadosamente la viabilidad de nuevos proyectos y el impacto potencial de un marco arancelario más restrictivo en la región.
