San Luis Potosí, SLP.- Las lluvias torrenciales que azotaron recientemente a la zona Huasteca de San Luis Potosí no sólo dejaron caminos colapsados y viviendas afectadas, también expusieron la fragilidad de la infraestructura educativa en comunidades asentadas cerca de ríos y zonas de deslaves.
En este contexto, la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (SEGE) confirmó que dos planteles del municipio de Xilitla serán declarados pérdida total, tras quedar severamente dañados por los fenómenos meteorológicos. En una de las escuelas incluso se formó un hoyo de gran profundidad, lo que obliga a descartar su rehabilitación.
Juan Carlos Torres Cedillo, titular de la SEGE, explicó que la declaratoria se realiza en coordinación con la administración federal y tiene como fin abrir la vía administrativa y técnica para obtener financiamiento que permita su reconstrucción completa.
“Las escuelas están ubicadas en Xilitla y, derivado de las lluvias, una de ellas presentó un hundimiento importante. La declaratoria es necesaria para gestionar recursos federales y poder reconstruirlas desde cero”, detalló el funcionario.
Para evaluar de primera mano los daños, Francisco Javier Cabiedes Uranga, director general del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed), realizó una visita a la zona donde se encuentran los planteles siniestrados.
Las afectaciones, sin embargo, no se limitan a las dos escuelas declaradas como pérdida total. La SEGE documentó que cuatro instituciones asentadas cerca de cauces de ríos deberán ser reubicadas a terrenos seguros donados por los propios municipios, al representar un riesgo permanente para estudiantes y personal.
La vulnerabilidad se refleja también en el censo más reciente de infraestructura educativa —actualizado a finales de octubre—, donde se reporta que al menos 114 escuelas de la región Huasteca registraron algún tipo de daño físico o de equipamiento causado por las lluvias.
Las autoridades estatales reconocen que el reto va más allá de la emergencia actual: se trata de replantear la ubicación y el diseño de los planteles educativos en una región donde año con año los fenómenos climáticos ponen a prueba la resistencia de las estructuras.
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