San Luis Potosí, SLP.- Aunque la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado aparenta tener un presupuesto robusto para 2026, por dentro funciona con recursos operativos casi inexistentes. El titular de la dependencia, Juan Carlos Torres Cedillo, reveló que el 98% del dinero asignado se va directamente al pago de casi 60 mil trabajadores, una estructura heredada del modelo federalizado que deja a la institución con apenas un margen de maniobra para atender su propia operación.
Esta condición, explica Torres Cedillo, convierte a la SEGE en una dependencia que “respira con oxígeno mínimo”, pues debe buscar apoyo extraordinario del Gobierno del Estado para cubrir tareas básicas que no entran en la bolsa salarial, desde distribución de materiales hasta mantenimiento general.
En un sistema educativo con más de ocho mil escuelas dispersas en las cuatro regiones de San Luis Potosí, la escasez de recursos operativos termina marcando el ritmo de atención a los planteles. Por eso, la dependencia ha tenido que insistir en la gestión de fondos adicionales, especialmente para enfrentar deterioros acumulados y necesidades de infraestructura.
A esta presión financiera se suma la urgencia en la región Huasteca, donde 161 centros educativos resultaron afectados por las lluvias y el desbordamiento de ríos. La reconstrucción de estos planteles se ha puesto en marcha gracias a un seguro institucional, lo que permitió actuar sin esperar largos procesos presupuestales.
En conjunto, los retos muestran un panorama en el que la SEGE sostiene una de las nóminas más grandes del estado, pero con una capacidad limitada para operar y responder a emergencias. Pese a ello, la dependencia afirma que seguirá buscando mecanismos para que las escuelas —viejas, dañadas o saturadas— no queden relegadas por la carga administrativa que históricamente ha condicionado a la educación pública en la entidad.