El Gobierno federal acordó con el sector privado una reforma para reducir la jornada semanal de trabajo de 48 a 40 horas, mediante un esquema gradual que iniciará en 2027 y concluirá en 2030.
La iniciativa, que será enviada al Congreso, implica cambios legales y constitucionales para establecer, también, nuevos límites de horas ordinarias y extras.
"Avanzaremos año con año en una reducción de dos horas a partir del año 2027, para alcanzar las 40 horas en enero del año 2030", dijo el Secretario del Trabajo, Marath Bolaños.
Durante la mañanera, el funcionario explicó que la reforma fijará en la Constitución la jornada máxima semanal de 40 horas, sin reducción salarial ni de prestaciones.
"Esta reducción de 48 a 40 horas no podrá implicar reducción de sueldos ni de salarios ni de prestaciones", afirmó.
La aplicación será escalonada durante tres años.
La jornada disminuirá dos horas por año, comenzando en 2027, hasta llegar a las 40 horas en 2030. Para ello, 2026 operará como periodo de adecuación en centros de trabajo.
"El año 2026 fungirá como un periodo de adecuación para que empleadores y personas trabajadoras organicen, planifiquen y adapten sus procesos productivos", señaló.
Informó que el proyecto también redefine el manejo de horas extraordinarias.
"La suma entre las horas ordinarias de trabajo y las extraordinarias no podrán superar en ninguno de los casos las 12 horas en un día", indicó.
Además, las horas extras podrán acumularse hasta cuatro horas por día, en un máximo de cuatro días por semana, y deberán pagarse al doble del salario ordinario.
Afirmó que, por primera vez se prohíbe que personas menores de edad realicen horas extra.
"Se establece la prohibición de que los menores de edad trabajen horas extraordinarias", expuso.
Las empresas deberán documentar el cumplimiento de la nueva regulación.
"Se establece la obligación de contar con un registro que pueda dar cuenta de cuántas son las horas ordinarias y horas extraordinarias utilizadas", dijo.
Bolaños aseguró que el objetivo central es garantizar tiempo disponible para la vida personal y familiar.
"La semana laboral de 40 horas le devuelve tiempo de vida a las y los trabajadores para que decidan libremente qué hacer con él", planteó.