A 36 años del estreno de La Sirenita, la cinta animada que marcó un antes y un después en la historia de los estudios Disney, la industria del entretenimiento recuerda el decisivo papel que jugó Ariel en el llamado Renacimiento Disney, una etapa dorada que rescató al estudio de una profunda crisis creativa y financiera.
Estrenada en noviembre de 1989, La Sirenita no solo revitalizó la animación tradicional, sino que devolvió a Disney la confianza del público tras una década de altibajos. Dirigida por Ron Clements y John Musker, y con la inolvidable música de Alan Menken y Howard Ashman, la película combinó humor, romance y canciones que se volverían clásicos instantáneos como Part of Your World y Under the Sea, esta última ganadora del Óscar.
El éxito fue tan contundente que abrió la puerta a una sucesión de producciones emblemáticas, entre ellas La Bella y la Bestia, Aladdín y El Rey León, consolidando una nueva era en la animación y proyectando a Disney al liderazgo del mercado global. Ariel, con su espíritu curioso y rebelde, se convirtió en un ícono cultural y en símbolo de una generación que creció con princesas más complejas y narrativas más ambiciosas.
Hoy, más de tres décadas después, La Sirenita sigue siendo un referente emocional y artístico. Su legado no solo vive en la música y la nostalgia, sino en haber demostrado que la animación podía reinventarse y conquistar al mundo nuevamente. El Renacimiento Disney, impulsado por una joven sirena que soñaba con salir a la superficie, cambió para siempre la historia de la compañía y del cine animado.