San Luis Potosí, SLP.- Mientras once municipios de San Luis Potosí recurrieron a préstamos del Gobierno del Estado para asegurar el pago de aguinaldos —un endeudamiento conjunto de alrededor de 120 millones de pesos—, el Ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez se presenta como excepción, - no solicitó créditos y afirma tener recursos suficientes para cerrar el año sin sobresaltos.-
El discurso del alcalde Juan Manuel Navarro Muñiz se apoya en un dato central, el municipio tiene apartados cerca de 50 millones de pesos para cumplir con las prestaciones de trabajadores sindicalizados, de confianza y de honorarios. " la planeación fue lo bastante sólida para no depender del auxilio estatal, aun cuando la mayoría de los ayuntamientos sí lo hizo", declara el alcalde soledence .
Sin embargo, este contraste abre una discusión más profunda sobre la administración municipal en el estado. La fragilidad financiera de once ayuntamientos expone un problema recurrente, municipios que no logran sostener su nómina sin pedir apoyo externo, aun cuando su obligación mínima anual —el aguinaldo— es previsible y debería estar contemplada en cualquier presupuesto responsable.
A la par, el propio gobernador Ricardo Gallardo Cardona criticó que muchas tesorerías municipales operan con poca capacidad técnica, lo que provoca fallas en planeación, errores en proyecciones y, en algunos casos, decisiones discrecionales que merman las finanzas.
Un elemento que alimenta esta discusión es el salario del alcalde soledense, de acuerdo con el análisis más reciente de Ciudadanos Observando, Juan Manuel Navarro percibe cerca de $30 mil pesos mensuales, lo que lo coloca entre los presidentes municipales con menor remuneración del estado.
La diferencia no sólo es abismal también cuestiona la lógica con la que cada cabildo define las percepciones de su alcalde. En municipios con menor población o menores ingresos se pagan salarios que triplican, cuadruplican o incluso quintuplican el de Soledad.
El análisis salarial tampoco puede separarse de la transparencia. Ciudadanos Observando documentó que 28 de los 59 ayuntamientos no publican sus tabuladores completos o sólo muestran percepciones brutas, sin detallar compensaciones, bonos ni pagos adicionales.
En ese escenario, cualquier afirmación de administración eficiente queda incompleta sin evidencia pública. En otras palabras.
Si la mitad del estado opera con opacidad, no puede conocerse con certeza si la falta de recursos es real, producto de mala gestión o resultado de decisiones discrecionales.
El hecho de que el alcalde de Soledad sea uno de los menos pagados del estado genera otro ángulo de análisis,
¿el buen manejo deriva de una política fiscal responsable o simplemente de una operación a escala limitada y con restricciones internas que no dejan espacio para excesos?
Lo cierto es que la disparidad entre municipios —unos endeudados para pagar obligaciones básicas, otros operando con sueldos elevados, otros sin transparencia— exhibe un problema sistémico, San Luis Potosí carece de un estándar claro que regule la remuneración, la planeación financiera y la rendición de cuentas municipal.
Frente a once municipios que no pudieron sostener su nómina sin auxilio estatal, Soledad se muestra como excepción. Pero para convertir ese ejemplo en un argumento sólido, se necesita más que un mensaje político, se requiere plena transparencia, cifras accesibles y criterios uniformes que permitan evaluar, con objetividad, si realmente existen finanzas sanas o sólo discursos oportunos.