La dirigencia estatal de Morena confirma su escaso crecimiento y desesperación con la incorporación en sus filas de una serie de personajes con antecedentes negativos y sin contribuciones a la vida democrática potosina, los ejemplos sobran y demuestran la ausencia de valores éticos y políticos en quienes dicen impulsar una transformación real y profunda.
Presumir como se hizo desde las redes sociales de Rita Ozalia Rodríguez la llegada de la dirigente sindical Francisca Reséndiz Lara a Morena, raya en el cinismo y en el agravio a la clase trabajadora; ya desde antes del 2000 en que logró su reconocimiento oficial el Sindicato Independiente de Trabajadores y Trabajadoras de Gobierno del Estado (SITTGE), ejercía un control absoluto, político y financiero sobre mujeres y hombres que creyeron en ella y fueron engañados.
Con reelecciones ininterrumpidas al frente del SITTGE, Reséndiz Lara se ha mantenido en el poder y para simular democracia interna dejó la secretaría general en manos de una incondicional sin voz y sin rostro, y se autonombró tesorera, en los hechos por más que aparente, se ha convertido en una líder charra sindical al viejo estilo de la CTM y el PRI, no se tolera a quien piense diferente y si se atreve a cuestionar el “liderazgo” de “Paca”, como le dicen sus allegados, es expulsado de manera fulminante.
Hay que recordar que el SITTE surgió como una alternativa democrática de la burocracia estatal ante la hegemonía cerrada y represiva del SUTSGE, se ganó el apoyo y simpatía de fuerzas políticas de izquierda, pero en pocos años de manera lamentable y vergonzosa la actuación de Reséndiz Lara fue incongruente y decepcionante que superó con creces los excesos de la finada Bernardina Lara Argüelles; el movimiento sindicalista democrático en la entidad sufrió un grave retroceso.
Encarna un falso liderazgo de izquierda, torcido por intereses económicos, acostumbrada a la buena vida a costillas de la base trabajadora, explota a sus afiliados al sujetarlos a tareas obligatorias para su servicio personal, les despoja de sus derechos sindicales, les cobra cuotas por arriba de lo establecido, los mantiene subordinados con promesas de restituirles sus trabajos o de gestionarles bases laborales en el gobierno estatal a ilusos que se acercan a ella en busca de un trabajo.
En todos estos años de charrismo sindical se ha distinguido por acaparar bienes inmuebles, a sus hijos los envió a estudiar al extranjero, ella tiene su residencia en el Club Campestre; con los gobernadores en turno hasta Juan Manuel Carreras, entró en componendas económicos que la han hecho una mujer rica; acude con frecuencia a foros internacionales de lucha sindical donde se presenta como una “víctima” del gobierno, cuando en los hechos solo está buscando que le restituyan los privilegios personales que tuvo en los tiempos del PRIAN, no rinde cuentas claras de los recursos públicos que maneja.
Flaco favor le hace Rita Ozalia a la 4T con este fichaje de Reséndiz que se suma a los del exalcalde de Matehuala, Iván Estrada Guzmán, quien dejó el cargo bajo sospecha de haber colaborado con un grupo criminal; de Gerardo Sánchez Zumaya, exhibido en el diario Reforma de millonario facturero y contratista de Pemex con el padrinazgo del senador Adán Augusto Hernández López; Juan Carlos Velázquez Pérez, Ernesto Barajas y cuadros carreristas como José Grimaldo López, Guillermo Morales, entre muchos otros.