La canción Rolling in the Deep de Adele fue lanzada oficialmente el 29 de noviembre de 2010 como sencillo principal de su segundo álbum, 21.
Compuesta por Adele junto al productor británico Paul Epworth, la canción mezcla soul, blues y gospel con un ritmo contemporáneo, y según la propia cantante, representa un “gospel-blues oscuro con toque disco”.
Desde su lanzamiento digital, la canción empezó a sonar en radios y plataformas de streaming, marcando el inicio de lo que sería un fenómeno global.
‘Rolling in the Deep’ no solo fue popular: fue un suceso. El tema alcanzó el número uno en al menos 11 países y lideró las listas de éxitos más importantes, incluida la prestigiosa Billboard Hot 100 en Estados Unidos. Allí se mantuvo en la cima durante siete semanas consecutivas.
En Estados Unidos, hacia febrero de 2012, ya había vendido más de 8.7 millones de copias digitales, convirtiéndose en el sencillo digital más vendido por una artista femenina en ese país.
A nivel mundial, llegó a vender decenas de millones de copias, consolidándose como uno de los sencillos más exitosos del siglo XXI.
Pero el impacto no fue solo comercial. Los críticos aplaudieron la producción, la letra — basada en una ruptura dolorosa — y el poderoso registro vocal de Adele. El tema fue descrito como una “balada de despecho” que combina emoción, intensidad y una instrumentación sobria, pero contundente.
Ese balance — sentimiento crudo, voz desgarradora, ritmo envolvente — convirtió a Rolling in the Deep en un himno para muchos.
La canción se llevó importantes galardones y reconocimientos: fue la punta de lanza del álbum 21, que marcó un antes y un después en la carrera de Adele.
Además, su video musical —con un estilo visual sobrio, escenas simbólicas de dolor, platos rotos, agua vibrando al ritmo del bajo— se convirtió en un clásico, acumulando millones de vistas en plataformas digitales.
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