San Luis Potosí, SLP.- El descontento que por meses se acumuló entre maestros jubilados de la Sección 26 del SNTE finalmente estalló este jueves, cuando decenas de ellos tomaron la sede sindical para exigir lo que consideran un derecho básico y largamente negado, -el pago del Fondo de Previsión Social y Retiro 26 (Fopresyr), hoy con un adeudo que alcanza los 27 meses.-
Desde primeras horas montaron lonas y cerraron accesos como advertencia de que la paciencia había terminado. No solo reclaman el dinero que debió llegar puntualmente; ahora exigen una auditoría externa que esclarezca el manejo financiero del fondo, pues desconfían de la versión sindical que sugiere una supuesta falta de recursos. “No creemos que el fondo haya quebrado; alguien tiene que explicar dónde quedó el dinero”, expresan.
El Fopresyr debería beneficiar a cerca de 4 mil 900 docentes retirados en San Luis Potosí mediante dos modalidades, una capitalización única de alrededor de 100 mil pesos al jubilarse o un complemento mensual de 3 mil pesos. Pero para muchos, ninguno de esos apoyos ha llegado. Hay casos de docentes que se retiraron desde 2019 sin recibir un solo peso.
Los propios jubilados estiman que el déficit ronda los 197 millones de pesos, resultado de pagos esporádicos —uno o dos meses aislados— que la dirigencia sindical, encabezada por Juan Carlos Bárcenas, ha ido retrasando sin ofrecer explicaciones claras. Para los afectados, el desorden financiero se agudizó precisamente desde el inicio de esta administración.
La irritación creció al grado de que los manifestantes no descartaron radicalizar sus acciones, tomar el edificio sindical o incluso cerrar carreteras si la dirigencia continúa evadiendo respuestas. El reclamo es claro, transparencia, pago inmediato y reconocimiento del daño causado a quienes ya dieron toda una vida al servicio educativo.
La exigencia de los maestros no es desmedida, piden transparencia, regularidad y respeto. Pero lo que aflora detrás de esta protesta es un problema mucho más grande que un adeudo millonario, es la crisis de legitimidad de un modelo sindical que, en lugar de proteger a sus agremiados, parece haberlos dejado a la deriva.