Las operaciones en la nube son la norma en el mundo contemporáneo. Desde pedirle a Alexa que te brinde las noticias mientras bebes café, hasta revisar los primeros mensajes de WhatsApp en la mañana, todo corre bajo los rieles del cómputo en la nube.
Con el auge de la inteligencia artificial, esas actividades se enriquecerán y las operaciones se mudarán, tarde o temprano, a otro tipo de infraestructura de cómputo más avanzada. Este viraje, que a los ojos de los usuarios será invisible, ocurrirá eventualmente.
El augurio lo lanza Sergio Rosengaus, pionero en la historia del desarrollo tecnológico de México con la compañía KIO, y ahora CEO y fundador de Bleeding Edge, firma de IA. El directivo conversó con Grupo REFORMA sobre las fábricas de inteligencia artificial o, como prefiere llamarles, AI Factories.
"Todas las aplicaciones, todas las funciones, todos los sistemas van a terminar migrados a IA más rápido o más tarde. Creo que entendimos esto tempranamente, así que nos sentamos a diseñar desde cero una nueva plataforma de infraestructura que se necesita para que la IA tenga dónde vivir en nuestro País", comentó.
El especialista espera que en los próximos ocho años todo el cómputo que hoy conocemos estará volcado en tecnologías basadas en IA, porque las funciones que requieran productos cotidianos, como el celular o la computadora, emplearán alguna funcionalidad de esta tecnología.
"Habrá IA en todo lo que hagas, en cualquier función y aplicación. La IA se convertirá en el sistema operativo de la sociedad", pronosticó.
Las fábricas de IA, explicó, requieren de un nuevo tipo de infraestructura de cómputo acelerado y para ello se necesita un tipo de chip específico, como los que Nvidia desarrolla para sus tarjetas gráficas, las cuales tienen la capacidad de manejar enormes cantidades de operaciones de forma paralela.
Como si se tratase de un proveedor de motores para estas factorías, Nvidia cuenta con los modelos GB300, procesadores avanzados que permiten la ejecución de modelos fundacionales que se entrenan para entregar resultados a los usuarios.
En el ensamblaje de las fábricas, las empresas también toman en cuenta las inversiones que realizarán para la comunicación interna que necesitan estos sistemas y el consumo energético que demanda este tipo de hardware.
En palabras más simples, deben asegurarse de que los cables de transmisión y las tuberías tengan la capacidad suficiente para el número de operaciones que los usuarios demandarán.
¿Quién aprovecha las fábricas de IA? En primer lugar, las corporaciones tecnológicas de nivel macro, como Microsoft o Amazon, para sumar nuevas funciones basadas en IA; segundo, las empresas que desarrollan y albergan modelos de IA, como OpenAI, Anthropic, Google, Mistral o DeepSeek; y tercero, una nueva ola de proveedores de AI Cloud, como Nebius o CoreWeave.
Rosengaus considera que las fábricas de IA serán desplegadas en cada nación para seguir modelos de gobernanza de los datos, y aunque estos despliegues estén liderados por la iniciativa privada, confía en que la brecha en las adopciones tecnológicas se acortará respecto a naciones líderes como Estados Unidos.
Lo interesante en su exposición es que las fábricas no necesitan una región específica de desarrollo, como podría pensarse en Querétaro; más bien, la configuración podría definirse como una constelación de fábricas interconectadas. Esto mitigaría las complejidades energéticas que demandaría un solo espacio geográfico.
Bleeding Edge, la firma que representa Rosengaus, puede diseñarle a empresas un formato de IA privada para que impulse sus propios modelos generativos a partir de sus datos. Esto orilla a que las compañías lleguen a un punto de desarrollar agentes de IA que ayuden en las operaciones.
Otro ejemplo de fábrica de IA mexicana lo presenta Celestial Dynamics, comandada por Itzúl Girón, quien la presume como el primer laboratorio de IA en el País. El nombre responde a que los perfiles de la compañía emplean metodologías de extracción y transformación de datos, labor que invita a pensar en científicos de datos enfundados en batas blancas.
En sus palabras, la principal apuesta es ofrecer a los clientes Matria AI, el primer modelo de inteligencia artificial mexicano, ensamblado con datos locales y contextuales de la realidad nacional. Para lograrlo, cuentan con un banco de datos de 85 millones de perfiles mexicanos anonimizados.
Sin entrar en detalles de cómo y cuándo, reveló que también extraen datos de aplicaciones móviles para rastrear comportamientos de mexicanos en zonas de afluencia (como supermercados, escuelas y universidades), información que emplean para perfilar comportamientos y tendencias.
Para encauzar la enorme cantidad de datos montaron infraestructura con procesadores de Nvidia, un AI Pod, como prefiere llamarle. Matria AI se pone a disposición de los clientes de México para que tercericen algunas tareas o, hablando en términos industriales, "maquilar" con datos.
Como ejemplo, la vocera indicó que al trabajar con una empresa de tecnología financiera ayudaron a colocar 12 veces más créditos personales, mientras que con un comercio impulsaron cuatro veces más venta de mercancías.
Girón es consciente de que estas innovaciones requieren enormes cantidades de energía para mantener encendidas las máquinas 24/7. ¿La solución? Según la experta, la misma tecnología podría optimizar los ahorros de energía en sectores que la aprovechen.
En logística, para obtener las mejores rutas y reducir la emisión de gases de efecto invernadero; en líneas de producción, se podría salvar la mayor cantidad de material y evitar mermas; o apagar las luces en salas de cine que no están en uso, son algunos de los ejemplos que arrojó.
De acuerdo con la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), la IA representará el 5 por ciento del consumo total de electricidad en América Latina y el Caribe (ALC) hacia el año 2035. La cifra, equivalente a más de 120 teravatios hora (TWh) anuales, evidencia el alto impacto energético que tendrá en la región.
La OLADE también proyecta un crecimiento del 165 por ciento en el número de centros de datos a nivel global entre 2023 y 2030, lo que representa una tasa promedio anual del 15 por ciento.
"Bajo ese mismo ritmo de expansión, la región experimentará una demanda energética sin precedentes asociada al funcionamiento de servidores de IA, especialmente en áreas críticas como el entrenamiento de algoritmos, la ejecución de consultas y los complejos sistemas de enfriamiento necesarios para mantener la operatividad", alertó el organismo.
¿Qué harán Bleeding Edge y Celestial Dynamics para establecer programas de responsabilidad ambiental?, ¿cómo trabajarán con los distintos niveles de gobierno para establecer un modelo energético sostenible y sustentable?, ¿México está preparado para el surgimiento de más fábricas de IA? Dudas que invitan a la reflexión ante su entusiasmo tecnológico empresarial.