La industria minera vive una situación disfuncional donde enfrenta una doble vulnerabilidad: la del crimen organizado y la de la autoridad gubernamental.
El Índice Mundial de Crimen Organizado 2025, publicado el pasado 10 de noviembre, al abordar temas de extorsión advierte de la incidencia delictiva en robo de combustible y la actividad minera ilegal.
"La minería ilegal de oro y mercurio en México es una actividad delictiva importante, en la que grupos criminales extorsionan a las operaciones mineras y participan en exportaciones ilícitas", asegura el Índice.
"La participación del crimen organizado en la minería y el robo de combustible desestabiliza aún más las economías locales. Los cárteles de la droga han adquirido un papel protagónico en el mercado de los delitos relacionados con los recursos no renovables, controlando a las bandas involucradas en el robo de combustible o participando en el sector minero mediante el cobro de tarifas, obligando a las empresas a utilizar sus servicios o explotando directamente las minas", subraya el documento.
La actividad minera, entonces, afronta una frágil situación.
La falta de concesiones gubernamentales provoca la actividad informal. En ese terreno, queda vulnerable a la extorsión.
Quienes logran permisos para exportar son investigados por presuntos nexos con la delincuencia y vuelven a quedar vulnerables, ahora frente a la autoridad que no investiga, ni castiga el origen de la ilegalidad: el crimen organizado y las dificultades para operar en la formalidad.para operar en la formalidad.