San Luis Potosí, SLP.- El paro nacional que este lunes paralizó carreteras en al menos 25 estados no solo exhibió la crisis estructural del campo mexicano; también detonó un reclamo político de fondo, el sentimiento de traición de productores agrícolas y transportistas hacia el Gobierno Federal, al que acusan de haberlos utilizado electoralmente y después abandonarlos a condiciones que consideran peores que las de los gobiernos que tanto criticó la actual administración.
En San Luis Potosí, donde se registraron cierres en la Carretera 57, la SLP–Rioverde, la SLP–Zacatecas, accesos a la Zona Industrial y rutas hacia Ciudad del Maíz, los manifestantes fueron contundentes, “Nos arrepentimos de haber votado por Claudia Sheinbaum”.
Aseguran que el gobierno que prometió ser “para el pueblo” hoy les niega lo mínimo para sobrevivir en uno de los sectores más castigados de México.
“Con los gobiernos corruptos había apoyos; hoy no tenemos nada”.
El reclamo que más se repitió entre agricultores fue el contraste entre los gobiernos anteriores —a los que se señala de corrupción— y el actual.
José Luis Valladolid Manzano, dirigente agropecuario, resumió el sentir general, “Si los anteriores eran los que robaban, por lo menos teníamos subsidios, seguros agrícolas, apoyos para semillas, incentivos a la producción. Hoy nos quitaron todo. Nos sentimos defraudados”.
Los productores enumeran una realidad que, aseguran, se les ocultó durante la campaña.
Precios de garantía por los suelos, insuficientes para recuperar la inversión.
Insumos prohibitivos, desde semillas hasta fertilizantes, combustible cada vez más caro, cosechas pagadas a precios irrisorios. Eliminación de apoyos productivos clave, como los subsidios para fertilizantes. Reducción de programas que antes eran universales para el campo y que hoy operan solo para “unos cuantos”.
El saldo es devastador, campesinos endeudados, cosechas que no cubren ni los costos y un campo que —dicen ellos mismos— “se está ahogando en deudas y en las drogas”, aludiendo al avance del crimen organizado en regiones rurales sin presencia del Estado.
Por su parte el sector transportista, también convocante del paro, señala otra deuda: la seguridad en carreteras.
La desaparición de la Policía Federal y la transición a la Guardia Nacional —que prometía ser más eficaz— ha generado un vacío de vigilancia que convirtió rutas como la Carretera 57 en corredores de asaltos, robos de tractocamiones y accidentes mortales.
Transportistas cuestionan que el Gobierno Federal les haya pedido confianza y apoyo electoral con la promesa de devolverles seguridad, cuando hoy viven más vulnerables que nunca.
Un reclamo que cruza partidos, “Si los que robaban nos daban apoyos, ¿Cuánto está robando este gobierno que no nos da nada?”
Entre los manifestantes, la crítica no fue solo técnica, sino frontal, “Nos dijeron que el PRI y el PAN robaron mucho, pero con ellos teníamos apoyos. ¿Entonces cuánto está robando este gobierno que no nos da ni un peso?”
Para muchos, el enojo radica en que fueron clave electoral del proyecto que hoy los margina.
“Nos usaron para llegar al poder”, expresaron varios productores durante los cierres carreteros.
En medio del conflicto, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona llamó al Gobierno Federal a replantear su relación con agricultores y transportistas.
Afirmó que el paro es resultado de un hartazgo profundo y de decisiones tomadas sin diálogo.
“Ha faltado sensibilidad, los diputados impulsaron reformas sin escuchar al campo", señaló el gobernador.
Agregó que los productores ya venían golpeados por sequías, y ahora también por decisiones políticas.
Si bien reconoció que los bloqueos generan pérdidas millonarias, consideró que la protesta es consecuencia directa de la falta de atención federal.
Mientras continuaban los cierres, la Guardia Civil Estatal desplegó decenas de unidades para canalizar el tráfico y evitar confrontaciones.
Las bases regionales de Protección Civil ofrecieron asistencia a quienes quedaron varados. Aunque la movilidad fue parcialmente canalizada, las pérdidas económicas y el caos carretero fueron inevitables.
Las organizaciones convocantes —FNRCM, MAC y ANTAC— afirmaron que mantendrán la movilización hasta que existan compromisos reales y verificables.