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Teresa Margolles: el eco de la violencia que sacude al país

La voz de la artista sinaloense Teresa Margolles se quiebra por un momento cuando está a punto de explicar su instalación sonora Karla, ubicada en un pequeño cuarto oscuro, casi al final del recorrido de su exposición ¿Cómo salimos?, que se inaugura este jueves en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Monterrey.
 
 La directora del recinto y curadora de la muestra, Taiyana Pimentel, toma la palabra y explica: "Karla fue asesinada sin que se conozcan o se hayan investigado a fondo los hechos. Hoy en día Karla, quien fue una amiga colaboradora de Teresa, no está más entre nosotros".
 
 Afectada por el recuerdo, la artista se recompone y cuenta que fue asesinada en 2015, en un caso que quedó impune porque era una mujer trans, trabajadora sexual y además vieja.
 
 De no haber sucedido el transfeminicidio, la imagen de Karla, posando entre ruinas de edificaciones de la calle Mariscal, en Ciudad Juárez, Chihuahua, podría pertenecer a la serie Pistas de baile, integrada por retratos de chicas como ella que alguna vez laboraron en aquella vía que tiempo atrás albergó cantinas y nightclubs.
 
 "De repente llego (a la calle) y ya no hay nada. Dije: 'Es que no queda ni una huella'. Entonces con la lengua limpio el suelo y dije: 'Ah, quedan las pistas de baile... Quitaron las paredes, pero aquí están las pistas'", relata Margolles sobre el lugar que visitó, por primera vez, en 2006.
 
 En la serie, diversas chicas trans posan sobre lo que fueron las pistas, en medio de predios demolidos.
 
 La obra de Margolles, de 62 años, se muestra aquí simbólica: cada material que la artista emplea -yeso, agua, vidrio- tiene un motivo, y cada pieza enuncia la violencia que sacude el País y las consecuencias posteriores: familias rotas, casas abandonadas, nostalgia por lo perdido...
 
 De Aproximación al lugar de los hechos, una instalación sonora de 30 planchas de hierro caliente, sobre las que caen gotas de agua residual, expresa: "Esta agua que está cayendo en la plancha caliente es como cuando te avisan que tu hijo murió: Sientes el golpe, y, aunque se evapore, siempre quedará la huella".
 
 El agua residual se obtuvo de municipios donde ocurrieron asesinatos entre enero y octubre de este año.
 
 También hay objetos, como un bordado sobre tela con sangre de una mujer asesinada, en los que Margolles hace uso de fluidos corporales, aunque no hay cadáveres disecados de animales u otras materias orgánicas que acostumbró en su época como integrante del Grupo Semefo en los años 90.
 
 Margolles, quien ejerció por varios años como médico forense, presenta además una serie de audios titulados Trepanaciones. Ahí se escuchan los sonidos surgidos a partir de una perforación de cráneo en una autopsia.
 
 Frente a esta obra se encuentra El testigo, donde retrata un árbol baleado a las afueras de Culiacán.
 
 Sobre ella, Margolles pronuncia: "El árbol se hiere, pero sobrevive, aunque sigue herido por los impactos en el tronco".
 
 En La ilusión, pieza inédita, la artista rescata un espectacular iluminado del Cine Monterrey, en la Alameda Mariano Escobedo: "Lo que me importaba a mí era volver a iluminar. ¿Es posible que podamos iluminar lo que está desgastado, cayéndose en pedazos? ¿Podemos volver a confiar?".
 
 La obra de Margolles, a decir de Pimentel, es un statement artístico, y no hay respuesta a la pregunta planteada en el título de la exhibición, vigente hasta el 22 de marzo en el museo regiomontano.
 
 La creadora, sin embargo, mantiene la esperanza de un buen destino.
 
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